Como parte del “Encuentro Artístico PECDA, Emisión 2020-2021”, se presentó la puesta en escena de Roxana López Carbajal

Isabel Nigenda NOTICIAS

Foto: Isabel Nigenda.
Pie de foto: “Mariposas posadas en el polvo”, de Roxana López Carbajal.

Como parte del “Encuentro Artístico PECDA, Emisión 2020-2021”, en el Teatro de la Ciudad Emilio Rabasa, se presentó la puesta en escena “Mariposas posadas en el polvo”, de Roxana López Carbajal, quien comparte la creación escénica junto a Karla Sarmiento, Jimena Besares y Alfredo Espinoza.

Como se manifiesta en la red social de Facebook de “Marabunta Colectivo Escénico”, la obra “Mariposas posadas en el polvo”, es el primer texto dramático que la dramaturga, actriz, directora, productora, y gestora escénica Roxana Carbajal ha creado y ha llevado a escena.

Durante una entrevista, previa a la función, la dramaturga mencionó que la obra es “la historia de una familia que fue, pero ya no es. Habla sobre el amor y la soledad como un germen que nos habita”.

En escena, como parte de los requerimientos de la obra, desde un número determinado de sillas que recrearon la forma de una media luna, los espectadores habitaron el escenario. En el espacio restante, la actriz Roxana López Carbajal y Jimena Besares dieron vida a Amelia, hija de Pilar, personaje interpretado por la actriz Karla Sarmiento. Por su parte, el actor Alfredo Espinoza, interpretó a Martín, personaje que desarrolló el rol de padre y esposo.

Dichos personajes, rondaron por el escenario con los pies descalzos, como si buscaran evitar escuchar el ruido de sus pasos ofuscados y carcomidos por el dolor. Puesto que, tal y como mencionó la dramaturga, la obra es “la historia de una familia que fue, pero ya no es”.

Poco a poco, entre los efectos de la iluminación, la cual estuvo a cargo de Dalí Saldaña y la musicalización, realizada por Daniel Dávila, los espectadores, quienes podrían estar simulando los ojos juzgadores de un pueblo que habla sobre la posible infidelidad que cometió Pilar, conocieron la noche en que Martín decidió tomar la decisión de irse, de abandonar su hogar, su hija y a su esposa, ya que no toleraba la idea de estar entre las conversaciones mal intencionadas de los habitantes del pueblo.

Tras aquel hecho, y la sumatoria de otros eventos, los tres personajes sufren. Asumen el sufrimiento como la guía primordial de aquella vida que se desmorona y deja tan solo en un altar el recordatorio de la muerte, la cual se presenta con la aparición de mariposas negras que se posan en el polvo de los recuerdos fotográficos de una familia.