KARLA GÓMEZ NOTICIAS

En noviembre de 2012, los Institutos Nacionales de Antropología e Historia (INAH) y de Estudios Históricos de las Revoluciones de México publicaron Los restos de los héroes en el Monumento a la Independencia, un trabajo que reúne los resultados del estudio osteológico realizado a los restos de 13 héroes y una heroína de la Independencia de México. El análisis, llevado a cabo en 2010, reveló detalles fascinantes y en algunos casos controvertidos sobre las vidas y muertes de figuras históricas como Miguel Hidalgo, José María Morelos y Vicente Guerrero.
El 26 de septiembre de 2024, Jorge Arturo Talavera González, antropólogo físico del INAH, retomará los resultados de este estudio en una conferencia titulada Mito y realidad: los héroes de la Independencia. ¿Qué nos dice la bioarqueología?, como parte del ciclo “La arqueología hoy” en El Colegio Nacional (Colnal). Talavera abordará descubrimientos recientes que arrojan luz sobre aspectos desconocidos de los personajes históricos, algunos confirmando relatos conocidos y otros desafiando la narrativa oficial.
Entre los resultados más sorprendentes se encuentra el caso de Vicente Guerrero, cuyo esqueleto no muestra signos de haber sido fusilado, como dicta la historia. “No hay impactos de bala en su caja torácica, vértebras o esternón”, señala Talavera. Sin embargo, otros detalles, como una lesión en el codo derecho que coincide con retratos donde Guerrero aparece con el brazo doblado al estilo Napoleón, sugieren que los restos sí corresponden al héroe. Según Talavera, Guerrero podría haber muerto por envenenamiento o arma blanca, una hipótesis aún en debate.
Otro misterio es el esqueleto atribuido a Mariano Matamoros, que resultó ser femenino. Aunque por un momento se especuló que Matamoros podría haber sido una mujer disfrazada, su fe de bautismo confirma que era hombre, lo que plantea la incógnita de qué pasó realmente con sus restos.
La bioarqueología también ha permitido descubrir detalles íntimos sobre otros héroes. El cráneo de Miguel Hidalgo, por ejemplo, presenta dos perforaciones que no corresponden a impactos de bala, sino al desgaste causado por las gotas de agua que escurrieron durante los diez años en que su cabeza estuvo expuesta en una jaula. En contraste, el cráneo de José María Morelos sí muestra el impacto de bala que le dio el tiro de gracia, con la marca visible en el occipital izquierdo.
El estudio de los restos de Nicolás Bravo, por su parte, reveló la presencia de enfermedades como diabetes mellitus y treponematosis (sífilis), lo que sugiere que el insurgente pudo haber pedido una muerte asistida debido a la gravedad de su condición.
Los análisis tafonómicos realizados por el equipo del INAH, liderado por Talavera, han permitido que los huesos de estos personajes históricos cuenten sus propias historias, confirmando y desafiando lo que se sabía de ellos. La conferencia promete arrojar nuevas luces sobre los mitos que rodean a los héroes de la Independencia, y será transmitida por el canal de YouTube de El Colegio Nacional para aquellos interesados en los secretos que guarda el pasado de México.
Este estudio bioarqueológico no solo explora los restos físicos de los héroes, sino también sus historias de vida, destacando la importancia de la ciencia en la reinterpretación de la historia nacional.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: La bioarqueología también ha permitido descubrir detalles íntimos sobre otros héroes.