Guardianas de la memoria humana
KARLA GÓMEZ NOTICIAS

Cada 24 de octubre, el mundo celebra el Día Internacional de las Bibliotecas, una fecha que busca recordar el valor histórico, educativo y emocional de estos espacios, donde la humanidad ha resguardado durante siglos su cultura, sus ideas y su memoria colectiva. Esta conmemoración nació en 1997, impulsada por el recuerdo de una tragedia que marcó la historia del patrimonio cultural mundial: la destrucción de la Biblioteca Nacional de Sarajevo.
Durante la guerra de los Balcanes, en 1992, el edificio que albergaba miles de volúmenes únicos fue devastado por el fuego. Las imágenes de sus ruinas dieron la vuelta al mundo, especialmente aquella del músico Vedran Smailovic, quien tocó su violonchelo entre los escombros, como símbolo de resistencia frente a la barbarie.
La pregunta inevitable fue: ¿por qué atacar una biblioteca? A lo largo de la historia, muchos regímenes totalitarios han visto en los libros una amenaza al poder. Sin embargo, en el caso de Sarajevo, el motivo fue también simbólico: su arquitectura, de estilo árabe y oriental, recordaba la herencia del Imperio Otomano. Para los nacionalistas radicales que buscaban borrar esa influencia, su destrucción era una forma de negar la diversidad cultural. Paradójicamente, quien ordenó su aniquilación era un profesor de literatura que amaba los poemas de Shakespeare.
Este acto de violencia cultural dio origen al concepto de “memoricidio”, término acuñado por el médico e historiador croata Mirko D. Grmek para describir la destrucción intencionada del patrimonio cultural de un pueblo. Grmek lo presentó ante la ONU como un llamado urgente a proteger la memoria de la humanidad. El memoricidio, explicó, no solo elimina objetos o edificios, sino también las raíces históricas e identitarias de una sociedad.
El cine también ha retratado este fenómeno. En la película “Operación Monumento”, inspirada en hechos reales, un grupo de historiadores y curadores de arte arriesga su vida durante la Segunda Guerra Mundial para rescatar obras amenazadas por el saqueo nazi, recordándonos la importancia de preservar el legado cultural incluso en medio del conflicto.
Hoy, más de tres décadas después de la tragedia de Sarajevo, las bibliotecas continúan siendo símbolos de libertad, conocimiento y resistencia. Visitar una biblioteca, participar en sus actividades o compartir una recomendación literaria en redes sociales son pequeñas acciones que contribuyen a mantener viva la memoria.
Porque en cada libro, en cada estante, la humanidad sigue escribiendo su historia, recordándonos que destruir una biblioteca es intentar borrar el alma de un pueblo.
FOTO: KARLA GÓMEZ
PIE DE FOTO: Porque en cada libro, en cada estante, la humanidad sigue escribiendo su historia, recordándonos que destruir una biblioteca es intentar borrar el alma de un pueblo.
