KARLA GÓMEZ NOTICIAS

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través del Museo Tamayo, presentan Espíritus en el pantano, instalación del artista colombiano Óscar Murillo (La Paila, 1986), que invita a la participación activa del público. Concebida como un gran panel abierto a la intervención, la obra busca acumular trazos, gestos y palabras que, al extenderse por el patio central del museo, evocan la imagen de un pantano colectivo, mutable y vivo.
Además de este núcleo participativo, la exposición incluye un fotomural dedicado a la madre del artista, con el que se aborda la relación entre cuerpo y trabajo, migración e industria. A esto se suma una serie de videos filmados en Colombia y en Reino Unido, materiales que revelan un carácter poético y documental, y que amplían el horizonte reflexivo de la muestra.
Durante el recorrido inaugural, la directora del Museo Tamayo, Andrea Torre Blanca, expresó su entusiasmo por la alianza entre este recinto y el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), bajo la dirección de Taiyana Pimentel. “Recibir a Óscar Murillo ha sido muy enriquecedor. La muestra marca el inicio de nuevas líneas de investigación en el museo, enfocadas en abrir el patio central como un espacio público y social con participación activa del público”, señaló.
Por su parte, Pimentel destacó que Espíritus en el pantano representa la culminación de un proceso iniciado años atrás en torno a la práctica participativa de Murillo, siempre marcada por ideas colectivas, gestos políticos y una fuerte dimensión pedagógica. En esta ocasión, el artista apuesta por un giro estético hacia el negro, en contraste con las explosiones de color de exhibiciones anteriores, como las presentadas en la Tate Modern de Londres y en el propio MARCO. El cambio, dijo Pimentel, “refleja una lectura crítica del contexto global actual y una visión particular de la Ciudad de México como un tejido social complejo y expansivo”.
El proyecto se concibe como un territorio común: un pantano que se nutre de la colaboración. Desde su inauguración el 23 de agosto y hasta el 23 de noviembre de 2025, el público contribuye con dibujos y escrituras que, al concluir la muestra, quedarán plasmados en un libro a publicarse en 2026. Este volumen, en palabras de Murillo, “no será un análisis pedagógico, sino una recopilación íntima y colectiva de trazos, mensajes y gestos que han dado forma a esta experiencia”.
Otro rasgo distintivo de esta exposición es la posibilidad de que los visitantes se lleven consigo un fragmento de la obra. Grandes franjas de tela negra –utilizadas previamente en la 56ª Bienal de Venecia dentro de la instalación All the World’s Futures– han sido desplegadas en el patio central como presencias espirituales latentes. Durante el proceso, estas telas se cortan en secciones más pequeñas que se entregan al público, dispersando así los “espíritus” acumulados en la pieza por distintos rincones de la ciudad.
De este modo, Espíritus en el pantano se convierte en una experiencia inmersiva que trasciende los muros del museo. Entre trazos, gestos y fragmentos compartidos, la obra de Óscar Murillo abre un espacio de encuentro que conecta lo íntimo y lo colectivo, lo local y lo global, lo material y lo simbólico.
FOTO: KARLA GÓMEZ
PIE DE FOTO: Espíritus en el pantano se convierte en una experiencia inmersiva que trasciende los muros del museo.