Rita Cifuentes, conoce la tradición desde diferentes perspectivas, ya sea como investigadora, como mujer, como parachico y bailarina

Isabel Nigenda

Foto: Cortesía.
Pie de foto: Desde 1996 se viste de Parachico, ella conoce la tradición desde diferentes perspectivas.

“Parachicos en movimiento y desde el movimiento”, así se titula la ponencia de Rita Cifuentes, quien es ejecutante profesional de Danza Folclórica (SNEPD-INBA), licenciada en Danza Folclórica (ENDF-INBA), Maestra en Promoción y Desarrollo Cultural (UAC). Sus ejes de acción abordan la creación, la escena, la investigación, la docencia, la pedagogía, la gestión y promoción.

“¿Cómo podemos analizar un fenómeno que es multitudinario?”, comenta Rita Cifuentes, quien menciona “Soy Parachico, a pesar de ser mujer”. Desde 1996 se viste de Parachico, ella conoce la tradición desde diferentes perspectivas, ya sea como investigadora, como mujer, como Parachico y bailarina.

Perspectivas que le han permitido concebir el movimiento dentro y fuera de la danza, las cuales ve desde: el aspecto prehispánico-ritual, tradicional- popular, popular-comercial y desde la otredad, la cual implica a los agentes civiles, los turistas, los organizadores de la danza y los danzantes.

Desde su postura como investigadora, asegura que el fenómeno dancístico de la danza del Parachico lleva dos danzas más inmersas como lo son la danza de las chuntá y la danza de la vaquita. Igualmente, está inmersa dentro del ciclo ritual, que inicia el 14 de diciembre con “La traída de la flor de Niluyarilo” para adornar el Belén. Retomando lo dicho por la ponente, aquel inicio de ciclo hace alusión a la fertilidad.

Con pericia Rita Cifuentes liga al ciclo de fertilidad a varias cuestiones que emergen de la danza. Refiere que algunas son perceptibles y otras son intangibles. Desde lo intangible está el análisis del movimiento, la coreografía individual y grupal que involucra la biomecánica del movimiento, la intencionalidad del movimiento y la respiración.

Desde lo tangible están los espacios sagrados, donde se hacen los rituales, al igual que el camino, la calle en donde se realiza el recorrido. Igualmente, está la cerámica, la cual conserva la invocación de la maternidad, la procreación a través del alimento, entre otros elementos.