La muestra es una especie de bitácora emocional donde la pintura funciona como espejo
Karla Gómez NOTICIAS

Carlos Balbuena, como lo conocen amigos y maestros desde la escuela, presenta su primera exposición individual titulada Algo de mí, un recorrido visual que nos invita a mirar no sólo sus cuadros, sino también las preguntas, transformaciones y afectos que habitan en ellos. La muestra, que reúne más de 40 piezas en distintos formatos, es una especie de bitácora emocional donde la pintura funciona como espejo, refugio y territorio en construcción.
Lejos de ofrecer certezas o discursos cerrados, Balbuena propone un tránsito: el de un joven artista que, al pintar, también se pinta a sí mismo. La figuración, que ha marcado su formación en Chiapas y su paso por la ÚNICACH, aquí se vuelve un lenguaje para indagar en la memoria, el cuerpo, la familia y los paisajes que lo rodean.
Su trayecto artístico ha evolucionado de una estética colorida y cercana al pop a una más sobria y profunda, donde predominan tonos verdosos, oxidados, cargados de una melancolía que dialoga con las fotografías antiguas. “Me interesa cómo el color se convierte en una narrativa del recuerdo”, explica, y señala que estos tonos hablan de la transformación de la memoria, de cómo se deslava, se construye y se reinventa con el paso del tiempo.
Algo de mí abarca obras desde 2020, pero se enfoca especialmente en su producción más reciente, de 2022 y 2023. La variedad de formatos desde piezas pequeñas de 15 x 15 cm hasta obras que superan el metro ochenta da cuenta de la versatilidad técnica y la investigación personal que sostiene cada trazo. “Quizás si fuera poeta escribiría, o si fuera músico compondría. Pero yo soy pintor, y mis inquietudes terminan en el lienzo”, confiesa.
La exposición no sólo es especial por ser su primera muestra completamente individual, sino porque marca un parteaguas en su práctica artística. “Hay algo en estas piezas que siento más honesto, más cercano a mí”. Es un trabajo que, como él mismo dice, nace desde el contexto personal, las vivencias, la familia y los espacios cotidianos que lo habitan y lo forman.
Así, Algo de mí no es solo el nombre de una exposición. Es la declaración de una búsqueda. Es la forma en la que Carlos Balbuena con sus colores oxidados, sus rostros familiares, sus paisajes íntimos nos dice: aquí estoy, intentando entenderme mientras pinto. Y en ese intento, nos invita también a vernos reflejados.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Algo de mí no es solo el nombre de una exposición. Es la declaración de una búsqueda.