Dialogando con Glenda Courtois
Isabel Nigenda Noticias

La música es un lenguaje universal que trasciende fronteras y culturas, pero al mismo tiempo, tiene la capacidad de reflejar y absorber los sonidos y las influencias de su entorno. En México, un país rico en tradiciones musicales, la música clásica no es una excepción. En entrevista con Glenda Courtois, directora de la Orquesta Sinfónica FAMUNICACH, exploramos cómo la música clásica en México captura la esencia y la diversidad de su entorno.
Courtois comienza señalando que, en esencia, la música es un lenguaje universal, pero también un espejo de la cultura y el contexto en el que se crea. En México, un país lleno de paisajes diversos, la música clásica se convierte en una forma de expresión que abraza la riqueza de su entorno natural y cultural.
La directora destaca que la música clásica en México refleja una amplia gama de sonidos que son parte integral de la vida cotidiana. Estos sonidos incluyen imitaciones de aves, resonancias de la selva y una variedad de sonidos ambientales que evocan la naturaleza. La música, en este sentido, se convierte en una especie de narrativa sonora que puede transmitir el contexto en el que se originó.
Un ejemplo claro de esta diversidad sonora se encuentra en las diferentes regiones de México. Cada región tiene su propio conjunto de sonidos característicos y una instrumentación particular que se refleja en su música. Por ejemplo, en Veracruz, los guapangos tienen una instrumentación distintiva, mientras que, en los Altos de Chiapas, el violín es prominente. Chiapas también es conocido por su icónica marimba. Estos elementos no solo enriquecen la música clásica mexicana, sino que también contribuyen a su identidad cultural única.
Glenda Courtois, que se formó en el ámbito de la música clásica, destaca que este género ofrece una combinación infinita de posibilidades para transmitir una variedad interminable de emociones. La música clásica tiene una tradición rica y una capacidad innata para fusionar influencias culturales, lo que la convierte en un vehículo poderoso para la expresión artística y la comunicación de ideas.
En última instancia, la música clásica en México se convierte en un reflejo de su diversidad cultural y geográfica. Cada composición es una historia en sí misma, una ventana a la identidad sonora de México y una forma en la que los mexicanos pueden expresarse y conectarse con su rica herencia musical. La música clásica, en este contexto, trasciende el tiempo y el espacio para unir a las personas a través de las emociones y las experiencias compartidas.
Foto: Isabel Nigenda
Pie de foto: La música clásica en México se convierte en un reflejo de su diversidad cultural y geográfica.