Continúa con la preservación de la herencia tradicional

Karla Gómez NOTICIAS

Sentado en el patio de su casa, Gonzalo Gurría, bordador zoque de Tuxtla Gutiérrez, costura un cotopayú y recuerda aquél 2003 cuando inició en este oficio de identidad cultural que le enseñó el maestro Leopoldo Gallegos, quien era en ese momento el maestro baile de la mayordomía zoque de Tuxtla Gutiérrez.

Toma el hilo celeste y lo coloca con firmeza en el agujero de la aguja. Dice que es muy importante para él aprovechar la luz del día, además de hacer los puntos pequeños ya que eso le permite tener detalles finos.  Considera que así obtendrá una prenda con mayor detalle, en un tiempo de elaboración de un mes a mes y medio, durante  cuatro horas por día.

Y aunque su primera prenda no fue una pieza zoque, resalta que bordar es como elaborar una pintura, pues es crear una pieza desde un lienzo, además de que esta actividad le relaja y se acompaña de música.

Menciona que una prenda zoque tiene el estilo monocromático, en colores negro, púrpura o rojo, y se borda de negativo a blanco-negro, o a negro completo sin relleno.

“Es de todos los pueblos plasmar lo que ven en su entorno, como flores, pajaritos y pochotas, todo lo que el pueblo originario ve, es lo que va plasmando”, comparte.

Por tal razón informa que anteriormente los varones usaban ropa blanca, el cotón y el calzón blanco. El cotopayú y la calzonera  eran usados por los integrantes de la Junta de Cabildo indígena, así como los priostes  y mayordomos durante una fiesta tradicional.

En tanto, la ropa del diario se utilizaba  con la banda roja, el calzón blanco y el cotón y chanclas de pie de gallo.

“En Chiapas, las mujeres utilizaban hupiles, piezas hechas en un solo lienzo o dos”, comenta.

Así también comparte sentirse emocionado pues al ver que hay más personas interesadas en aprender a bordar, esto permitirá que se preserve y continúe con la herencia cultural.

Gonzalo Gurría es uno de los cuatro bordadores zoques de Tuxtla Gutiérrez que se dedican a este oficio, mismos que están haciendo escuela al enseñarle a lo demás.

“Tuxtla Gutiérrez es un pueblo de territorio zoque y quizás la identidad no solo la adquiriremos por traerla en la sangre, sino también por el acercamiento a conocer la cultura y preservarlo al darle el significado real: la cultura está presente y viva”, puntualiza.

Foto Karla Gómez

Pie de foto Riqueza cultural a través del bordado zoque de Tuxtla Gutiérrez