El evento astronómico se realizó en el Planetario de Tuxtla Gutiérrez “Jaime Sabines”
Isabel Nigenda NOTICIAS

El equinoccio de primavera es el evento astronómico que marca el final del invierno en el hemisferio norte. Este evento astronómico, tiene unas características particulares en donde el sol pasa por su cenit (punto más alto) a las doce del día en el Ecuador. Precisamente, en esta única ocasión el día y la noche tienen la misma duración.
Es importante resaltar que, la palabra equinoccio proviene del latín y significa “igual noche”, lo que hace referencia a que la noche dura lo mismo que el día.
Según el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), en México la primavera da inicio el 20 de marzo y culmina el 21 de junio para dar paso al verano.
Año tras año, la tierra experimenta dos equinoccios y dos solsticios que dan el anuncio de una nueva estación, las cuales varían según el lugar geográfico.
La razón de los equinoccios y de los solsticios se deben al hecho de que el eje de la tierra está ligeramente inclinado respecto al plano de traslación alrededor del sol, por tal motivo no llega la luz del sol por igual a cada punto del planeta. Si la tierra no estuviera ligeramente inclinada, la luz solar recaería sobre el Ecuador, por tanto, la cantidad de luz sería la misma en todos los lugares de la tierra y no habría estaciones.
Por motivo del equinoccio de primavera, en nuestro país, miles de personas se reúnen cada año en la Pirámide del Sol con la intención de conmemorar el paso de una estación a otra.
Los asistentes suelen ir vestidos de blanco y algunos suben los 360 escalones de la pirámide, con el propósito de realizar rituales de purificación y renovación de energía.
Por su parte, en Tuxtla Gutiérrez, el evento astronómico se celebró en el Planetario de Tuxtla Gutiérrez “Jaime Sabines”. La programación contempló la realización de actividades relacionadas con un ritual maya, conferencias y un concierto sinfónico.
