Impartirá el curso-taller en el salón de Artes Escénicas de la UNICACH 

Isabel Nigenda Noticias 

Foto: Cortesía. Pie de foto: Ricardo García Arteaga.

“Del texto a la escena”, es el curso-taller que impartirá Ricardo García Arteaga, del 3 al 7 de octubre en el salón de Artes Escénicas en la Facultad de Artes de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH). 

En entrevista, Ricardo García menciono: “Yo creo que es importante conocer la historia del teatro para conocer las diferentes poéticas de las diferentes épocas, en otras palabras, las formas de construir el texto dramático y la escena. Porque los textos se escriben para la escena. Asimismo, conocer los géneros y como surgen y se consolidan es como conocer los colores primarios de la teoría dramática, para después pintar desde el texto dramático o desde la escena. Por ejemplo, no es lo mismo la tragedia, que la farsa, en su forma dramática y en la forma de decirla y ponerla en escena”.  

Precisamente, el tallerista recurre a la anunciación de hitos históricos concernientes con el teatro moderno tradicional occidental para explicar la relación entre el texto y la escena.  

“Si tomamos como teatro tradicional el teatro realista que nació a finales del siglo XIX con Ibsen. Las principales características del teatro realista son: un teatro bien hecho, con principio-presentación de los personajes; nudo-conflictos entre los personajes y un final con un desenlace del conflicto. Otra característica es un teatro psicológico donde la forma de hablar y de actuar de los personajes nos revelan como son. El comportamiento es atribuible a la herencia o al medio ambiente. La forma de ponerse en escena era por medio de una propuesta de un director en la cual los actores tenían que adherir con esos puntos de resolución escénica del texto”, añadió. 

Igualmente, señalo que: “a finales de siglo XIX y principios del XX se podía asistir a los teatros europeos con el texto en la mano y leerlo mientras se resolvía en escena por un director y actores. No se cambiaba un punto o una coma y las didascalias se respetaban. La distancia del texto y la escena era casi cero”. 

Por lo que, “a partir de la segunda mitad del siglo XX comienzan nuevas formas de dramaturgias como son el teatro del absurdo, que rompe con las características de la dramaturgia tradicional y de su funcionamiento en escena. Los directores pusieron en escena los textos o los mismos dramaturgos se volvieron directores de sus textos. Algunos dramaturgos no aceptan que se cambie ni un punto ni una coma como Beckett. Algunos directores los ponían en escena con una distancia casi de cero”, argumento. 

Posteriormente, comento que le parece importante realizar un recorrido histórico, el cual debería tomar los aportes de Aristóteles, al igual que de Erick Bentley, Luisa Josefina Hernández y la posdramática de Hans-Thies Lehmann, para asi estudiarlos y concebir el teatro para posteriormente crear, actuar o apreciar el teatro. 

“Las poéticas son importantes estudiarlas, son descripciones de cómo se hacen o deben de hacerse los textos dramáticos en las diferentes épocas. Por ejemplo, la poética de Aristóteles nos describe la tragedia, sus partes externas e internas, los temas de familias principales y cómo funcionan y sus efectos en el público. Bentley nos habla sobre el melodrama, la farsa, la comedia y la tragicomedia y la forma de estudiarla mediante sus diferentes aspectos, la trama, personajes, diálogo, idea e interpretación”, refirió. 

Luisa Josefina Hernández, aportes a la escena mexicana

Ricardo García Arteaga, habla acerca de la labor de Luisa Josefina Hernández, su maestra, quien le dio clases de Teorías Dramáticas dos años (1980-1981) en la licenciatura de Literatura Dramática y Teatro en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Fue alumna de Rodolfo Usigli junto con Héctor Mendoza, Jorge Ibargüengoitia y Emilio Carballido. Actualmente es profesora emérita y sigue escribiendo cuentos, novelas y obras cortas de Teatro en Cuernavaca. Tiene 94 años. Algunas de sus obras dramáticas son: Los frutos caídos (1955); La paz ficticia (1960); Popol Vuh (1966); El gran parque (2014).

“Uno de sus aportes son sus temas, sus personajes femeninos y sus diálogos directos e inteligentes. Otro aporte es la sistematización del análisis de los siete géneros mediante: origen, concepción del material, estilo, carácter y trayectoria del personaje principal, tono y efecto en el público. Los siete géneros son: tragedia, comedia, tragicomedia, melodrama, pieza, obra didáctica y farsa”, resalto.  

El quehacer teatral actual o los quehaceres teatrales y sus diferentes públicos

“El teatro puede mezclar todos los géneros en una sola obra. Ya no hay grandes autores o poéticas generales, cada dramaturgo, grupo o creador escénico crea su propia poética, incluso cada espectáculo tiene su poética y su convivio, como diría Jorge Dubatti”, comento Ricardo García. 

Así mismo señalo que, Hans-Thies Lehmann enumera algunas características que encontró en Alemania sobre el teatro posdramático: 

“El actor se vuelve creador del hecho escénico más que un instrumento del director, la forma de hacer teatro se vuelve menos jerárquica, la diferencia entre el actor (personifica el personaje) y el performer, que comunica, presenta al personaje, no se oculta como el actor”, concluyó.