KARLA GÓMEZ NOTICIAS

Con una intervención musical a cargo de Damián Martínez, vocalista del grupo Sak Tzevul, y una disertación sobre la evolución de este fenómeno sociocultural en la última década, se presentó en Comitán el libro Etnorock II: Diez años después. La obra es una publicación del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (CESMECA), de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH).

La presentación se llevó a cabo en la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez, con la participación de Martín López Moya, uno de los coordinadores del libro, así como de Damián y Enrique Martínez, integrantes de Sak Tzevul. Durante el acto, se resaltó la relevancia del etnorock como una expresión que combina el rock con las lenguas y tradiciones originarias, en particular el tsotsil, generando un diálogo cultural que ha trascendido las fronteras de Chiapas.

El investigador del CESMECA, Martín López Moya, reconoció el papel de Damián Martínez, egresado de la Facultad de Música de la UNICACH, como precursor del rock indígena y gestor del reconocimiento de este movimiento cultural-musical, del cual surge el concepto de batsi-rock. Subrayó que este género ha permitido abrir espacios de visibilidad a la música contemporánea en lenguas originarias, al tiempo que articula identidad y modernidad.

La publicación cuenta también con la coordinación académica de Juan Pablo Zebadúa Carbonell y Juris Tipa, quienes junto con López Moya reúnen aportaciones que abordan a profundidad este fenómeno y las distintas perspectivas desde las cuales se ha estudiado en los últimos diez años.

En su intervención, Damián Martínez, cantante, guitarrista y compositor de Sak Tzevul, destacó que la radio fue un medio clave para difundir sus canciones en los inicios del movimiento, antes de la irrupción de las redes sociales. Recordó además el apoyo de músicos consolidados de agrupaciones como Café Tacuba, quienes acompañaron los primeros pasos del etnorock en escenarios nacionales.

Por su parte, Enrique Martínez señaló que incorporar lenguas originarias en el ámbito musical implicó un reto creativo: “Queremos hacer algo un poco irreverente, pero también con respeto, tomando como referencia la música tradicional y enriqueciéndola culturalmente”. Ambos coincidieron en la importancia de concebir la cultura como un derecho y no como un privilegio, destacando el valor de las aportaciones de los pueblos indígenas no solo en la música, sino en todos los campos de la vida social y cultural.

Finalmente, Margarita Cancino Crocker, directora de la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez, celebró que el recinto esté abierto a todas las expresiones artísticas, recordando que la inclusión del etnorock en su programación es una muestra del reconocimiento a la diversidad cultural que distingue a Chiapas y a México.

Con Etnorock II: Diez años después, el CESMECA y la UNICACH refuerzan el compromiso de documentar, analizar y difundir un movimiento que, más allá de lo musical, se ha consolidado como una manifestación viva de identidad y resistencia cultural.

Foto: KARLA GÓMEZ

Pie de foto: Diez años después en Comitán.