Ha inspirado para que otras mujeres se atrevan a escribir

Isabel Nigenda Noticias

Foto: Cortesía. – Reconocen a Ethel Krauze, escritora.

La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), reconocieron la trayectoria literaria de la poeta, ensayista, narradora y dramaturga, Ethel Krauze, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Como parte del ciclo Protagonistas de la Literatura Mexicana, la actividad se realizó este domingo al mediodía, en la cual participaron la investigadora Gela Manzano; la crítica de arte y editora Helena González; el poeta, narrador y ensayista Vicente Quirarte, y el novelista, ensayista y catedrático Hernán Lara Zavala; moderados por la coordinadora nacional de Literatura, Karen Villeda, así lo da a conocer la Secretaría de Cultura.

Gela Manzano contó que conoció a Krauze en una charla de creación literaria en Cuernavaca, Morelos, y a partir de ahí comenzó una relación entrañable de empatía y de mucha retroalimentación sobre el quehacer literario.

“Es cierto que escribe mucho, que da muchos talleres y clases aquí y allá; incansable, inquieta, siempre moviéndose. A pesar de su vocación como tallerista y lectora, también dedica tiempo para escuchar a sus estudiantes que son mayoritariamente mujeres. Ethel es una inspiradora que provoca que otras mujeres se atrevan a escribir”, afirmó.

Además, reconoció el programa Mujer: escribir cambia tu vida, un novedoso modelo metodológico que se puso en marcha con gran éxito en Morelos y que se ha consolidado y replicado en otros estados e, incluso, ha sido llevado a Francia y a Estados Unidos.

En tanto, Vicente Quirarte destacó el trabajo poético de Krauze y abordó algunos sonetos del libro Convocaciones, desolaciones e invocaciones (2015), obra que definió como un trabajo valioso e inteligente en el que resaltan las palabras encendidas.

“El extenso poema que cierra el libro recuerda al poeta José Gorostiza y, en él, Ethel sugiere la posibilidad de que Dios sea femenino; es decir, que sea una diosa quien determina nuestros destinos y nuestra conducta. La poeta Ethel es una creyente, pero su conflicto surge cuando no se resigna a creer ciegamente, sino pone la inteligencia por delante”, dijo.

Durante su intervención, Helena González contó que hace 10 años, en un colegio de Cuernavaca, formó parte de un taller literario en el que aprendió detalles técnicos y teóricos de este arte; además resaltó la importancia del programa Mujer: escribir cambia tu vida y se refirió a la homenajeada como una precursora de la educación estética en México.

Comentó que este tipo de programas se centran en abolir el analfabetismo que tenemos sobre nosotros mismos. Hoy en día, en la sociedad del aprendizaje, la sociedad de la educación para todos, y otros términos que nos llenan de orgullo, tienen el problema de que proponen un modelo único de desarrollo que privilegia la tecnología como base del desarrollo económico, pero dejan de lado otros factores importantes”.

Hernán Lara Zavala definió a Ethel como una escritora valiente, muy personal, sincera y transgresora; se refirió a la novela recién publicada por la autora, Samovar (2023) y comentó que se trata de una historia que tardó algunos años en concretarse.

“Es una novela que está construida con base en una metonimia en el sentido de que el samovar no funge como metáfora, sino como un objeto que representa la parte por el todo. Es el reflejo y el lazo de unión entre la historia familiar de Tatiana, la protagonista, y su propio desarrollo familiar y sentimental que la forjó como mujer”.

En su turno, la homenajeada se dijo agradecida por ser protagonista de este ciclo literario y aseguró que recibir este reconocimiento en el Palacio de Bellas Artes es algo añorado y subrayó que estas charlas son importantes para la reflexión del quehacer literario en México.

“Este ciclo es una gran fiesta de la literatura porque convoca a colegas para reflexionar sobre quienes escribimos en este país. Nos damos cuenta de cómo sí es importante dialogar juntos sobre estos grandes temas, porque la literatura no es algo que solamente está en una torre de marfil; la literatura es un espejo de la realidad, un pulso, un termómetro de una sociedad y una cultura”, agregó.

La autora compartió parte de su historia personal y familiar, y recordó que nació en un hogar en el que siempre hubo libros, los cuales determinaron, en gran medida, su destino como escritora.

“Entre libros, escritura, secretos y muchas lenguas, yo tenía que encontrar mi voz. Y empecé a encontrarla, desde niña, bajo las cobijas, en la oscuridad, como muchas de las generaciones de judíos que me preceden y, sobre todo, la del holocausto. Yo me arropé bajo las cobijas para empezar a escribir mis diarios y encontrar ahí una voz propia”, relató.

Sobre la variedad de géneros que ha escrito y publicado durante su amplia trayectoria, Krauze declaró que la poesía es como su cuerpo; el cuento lo definió como si fuera su casa; la novela representa sus viajes y, finalmente, el ensayo representa sus aterrizajes, donde escribe sus reflexiones y conclusiones.

Ethel Kolteniuk Krauze nació en la Ciudad de México en 1954. Es poeta, narradora, ensayista y dramaturga. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde el año 2000. Autora de más de 50 libros publicados en diversos géneros, entre los que destacan Intermedio para mujeres (1982), Entre la cruz y la estrella (1990) e Infinita (1992), novela emblemática y una de las primeras en abordar abiertamente el lesbianismo, por lo que es considerada un hito de la literatura LGBT.

Parte de su producción literaria ha sido antologada y traducida al inglés, francés, italiano, ruso y esloveno.

Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas y una maestría en Letras Mexicanas en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Colaboradora de Diálogos, El Día, El Sol de México, El Universal, Excélsior, La Semana de Bellas Artes, Plural, Proceso, Puro Cuento, TriQuaterly y Unomásuno.