En entrevista el geógrafo y promotor cultural Roberto Ramos, mencionó que dicha estructura recibió el nombramiento por poseer un valor simbólico y representar una época de auge cultural

Isabel Nigenda NOTICIAS

Foto: Cortesía.
Pie de foto: Como estructura arquitectónica, históricamente, el edificio responde a las corrientes de la arquitectura internacional funcionalista.

La Rectoría de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), fue nombrada patrimonio de la ciudad. Por ello, en entrevista el geógrafo y promotor cultural Roberto Ramos, mencionó que dicha estructura recibió el nombramiento por poseer un valor simbólico y representar una época de auge cultural de la ciudad.

Según Roberto Ramos, “el edificio comenzó a ser construido en los últimos años 40 y se inauguró en 1952. Fue el único que se construyó de un proyecto más amplio pensado específicamente para la cultura. Su nombre original era precisamente Palacio de la Cultura”, dijo.

De igual manera, señaló que el arquitecto de la infraestructura “fue Héctor Montiel y se erigió durante el gobierno de Francisco Grajales. Al haber sido sede del Museo Regional de Chiapas, del Instituto Chiapaneco de Cultura y ahora de la Umicach, guarda muchas historias vinculadas a la difusión cultural y la educación”, dijo.

Para Roberto Ramos, “la declaratoria visibiliza al edificio en calidad patrimonial y permite que el ayuntamiento pueda contribuir a su preservación como parte fundamental del paisaje de la ciudad. Además, posee valores pictóricos como los murales que se encuentran en su interior y exterior”, añadió.

Como estructura arquitectónica, históricamente, el edificio responde a las corrientes de la arquitectura internacional funcionalista. De acuerdo al geólogo y promotor cultural, dicha corriente estaba en boga en Tuxtla Gutiérrez, pero una desafortunada remodelación de los años 90 cubrió las formas originales del edificio.

Se conoce que la declaratoria fue otorgada a otros edificios, exactamente, a diez. Retomando lo expresado por Roberto Ramos “además del monumento a la bandera o a la mexicanidad. Se trata de edificios públicos que coinciden en la época de mediados del siglo pasado, pero no porque se buscara un estilo o época, sino que responden a un tiempo muy importante para la construcción de la fisionomía de Tuxtla como capital del estado”.

Otros edificios considerados, son la capilla del Panteón Municipal, el antiguo Palacio Municipal, el mercado 20 de noviembre, el Centro Social Francisco I. Madero, el Museo Botánico, la casona del Museo del Café, la escuela Eliseo Palacios, la que fue Casa del Anciano, el edificio que ocupó la escuela Tipo Camilo Pintado y los edificios del antiguo Icach.

En un momento de la entrevista, al preguntarle ¿cómo pensar la ciudad? ¿Qué es Tuxtla y cómo se camina en ella? ¿Tuxtla está en cambio y transformación?, él refirió que “la ciudad la tenemos que pensar en constante dinamismo, pero al mismo tiempo con memoria y patrimonio que son de sus habitantes en general. Tuxtla es una ciudad que cuenta su historia en sus calles y lo que vemos principalmente es la historia del siglo XX, o sea el esfuerzo por darle la imagen de una capital, pero en la que subyace siglos de historia anterior que en algunos casos remiten a la época prehispánica o al siglo XVI, cuando los dominicos reorganizaron el pueblo zoque para volverlo San Marcos Tuxtla”, argumentó.

Finalmente, dijo que es la ciudadanía la que construye la imagen de una ciudad. Por eso, es preocupante que en la actualidad esa misma ciudadanía esté cediendo ese derecho a imágenes corporativas de tiendas de conveniencia, farmacias y otras empresas.

“Como toda ciudad viva, Tuxtla está en permanente cambio y transformación, y aunque parezca paradójico, uno de esos cambios son las primeras muestras institucionales y ciudadanas de reconocerse en el patrimonio construido y preservarlo. Un proceso que todavía está en sus comienzos pero que espero se consolide en pro de la identidad y la historia de la ciudad”, destacó.