Este evento, parte del XX Foro Internacional de Música Tradicional dentro de la 35 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH)

Karla Gómez NOTICIAS

En un contexto de creciente preocupación por el cambio climático, la música tradicional de las comunidades campesinas de la Sierra Madre Oriental emerge como un valioso testimonio de las vivencias y luchas de sus habitantes. Así lo señaló el investigador independiente José Castañeda en su conferencia titulada «El día que llegaron las aguas. Cambio climático y su impacto en las músicas, cantos y danzas tradicionales en la Sierra Madre Oriental», impartida en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología. Este evento, parte del XX Foro Internacional de Música Tradicional dentro de la 35 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), tuvo como eje temático el “Cambio climático y su impacto en las músicas, cantos y danzas tradicionales”. Castañeda destacó cómo el calentamiento global, uno de los mayores desafíos de la humanidad, afecta directamente a las comunidades rurales, donde las transformaciones del entorno natural se entrelazan con las creencias y tradiciones locales. El investigador subrayó que en las regiones campesinas, las personas experimentan de primera mano los efectos del cambio climático: ciclos estacionales irregulares, extinción de acuíferos, erosión del suelo y la disminución de la efectividad de los cultivos, lo que ha llevado a la migración de flora, fauna y, eventualmente, de la propia población. Ante estos desafíos, los rituales y la música se han convertido en herramientas cruciales para las comunidades, reflejando su entorno, sus condiciones socioeconómicas y su cosmovisión. En la Sierra Madre Oriental, géneros musicales como el huapango—en sus variantes arribeño, norteño y ranchero—junto con la música norteña y la cumbia, capturan estas realidades. El son arribeño, género tradicional del campesino, es especialmente notable por sus letras que celebran la vida y los ciclos vitales, así como por su papel en la preservación de la memoria comunitaria. Las canciones de huapango, en particular, abordan temas agropecuarios, describiendo sequías y la devoción a santos como San Isidro Labrador, figura central en los rituales de petición de lluvias. Castañeda también destacó la persistencia de costumbres ancestrales en localidades como Pasito de San Francisco y Alquiles, en San Luis Potosí, donde las y los pobladores continúan realizando rituales de protección ganadera y de invocación de lluvias, prácticas que se remontan a la época colonial y reflejan la profunda interrelación entre la economía agropecuaria y la cultura local. Desde el siglo XIX, el «Calendario del más Antiguo Galván», un almanaque mexicano publicado desde 1826, ha sido una fuente de referencia para los campesinos de la región, proporcionando información sobre fenómenos astronómicos y otros datos que guían sus prácticas agrícolas y rituales. Al concluir, Castañeda enfatizó que los movimientos de resiliencia dentro de estas comunidades son fundamentales para el cuidado y rescate ambiental. «Si se logra un cambio positivo», afirmó, «los temas de las canciones también lo van a reflejar», demostrando cómo la música sigue siendo un espejo fiel de las vivencias y esperanzas de las comunidades rurales en tiempos de cambio climático.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: Al concluir, Castañeda enfatizó que los movimientos de resiliencia dentro de estas comunidades son fundamentales para el cuidado y rescate ambiental.