La demanda por sus obras creció exponencialmente, llevándolo a tomar decisiones pragmáticas sobre la calidad de su trabajo

Karla Gómez Noticias

En las tierras montañosas de Llano Flor, dentro del pintoresco municipio de Abejones en la Sierra Juárez de Oaxaca, nació un talento que ha llevado el arte más allá de las fronteras de su pequeño pueblo. Noel Vargas Hernández, un hábil artista plástico, ha cultivado su pasión desde la infancia, influenciado por las tradiciones artesanales de su familia.

Noel, marcado por la enseñanza de su padre, creció entre la madera y el hueso de guajolote, aprendiendo no solo a fabricar herramientas, sino también a extraer tintes y pigmentos de plantas para sus creaciones. La vida en el rancho de su familia lo conectó con la esencia de la naturaleza y las raíces de la artesanía.

Tras la pérdida de su padre, Noel decidió dejar su amado Abejones y establecerse en Villa de Etla en 1991. Aquí, su conexión con el arte se intensificó. Desde joven, observaba a su padre dibujar y tallar la madera, una dualidad que combinaba la destreza manual con la creatividad artística. Noel absorbió estas habilidades, y su talento llamó la atención de sus compañeros de escuela, quienes lo buscaban para obtener sus ilustraciones únicas.

La demanda por sus obras creció exponencialmente, llevando a Noel a tomar decisiones pragmáticas sobre la calidad de su trabajo. Entre risas, recuerda cómo justificaba la variación en sus creaciones: “si lo hago idéntico, van a pensar que es copia, si le cambio tantito ya no es copia”. Esta perspectiva única y su enfoque relajado hacia el arte le valieron un éxito continuo.

Ingresó a la Escuela Secundaria 184 de Villa de Etla en 1998, continuando su trayectoria artística de manera informal durante sus clases. Su destreza llamó la atención de un maestro que, en lugar de reprenderlo, lo alentó a explorar su talento a través de talleres especializados. Fue así como Noel se sumergió en clases de pintura, óleo, acuarela y carboncillo, guiado por la maestra María Elena Tenorio.

Interesado también en el tallado de madera, Noel buscó el Centro de Artes San Agustín, fundado por el renombrado artista Francisco Toledo. Aquí, encontró una nueva dimensión para expresar su creatividad al tomar clases de acuarela. Su incursión en el grabado le llevó a participar en la Bienal de Artes Gráficas Shinzaburo Takeda en 2008, donde no solo ganó el primer lugar sino que también tuvo la oportunidad de realizar una residencia artística en Los Ángeles, California.

Tras su regreso, Noel Vargas continuó cosechando éxitos en la Bienal de Artes Gráficas Shinzaburo Takeda en 2016, obteniendo el tercer lugar con una obra innovadora que desafiaba la percepción del espectador mediante el juego de colores y formas en linóleo.

El año 2023 marcó otro hito en la carrera de Noel, al convertirse en finalista de la Bienal Internacional de litografía Senefelder Stiftung en Kunstverein Offenbach am Main, Alemania. Su obra litográfica, nacida en el taller La Buena Impresión, ahora forma parte de la prestigiosa colección de la bienal de litografía a nivel mundial.

Para aquellos que deseen explorar más de la obra de Noel Vargas Hernández, pueden encontrarlo en Facebook como «No-el Vargas Hernandez (neonkun)» y en Instagram como «Noel Vargas Hernández». Su presencia en redes sociales proporciona una ventana digital a un mundo artístico donde la creatividad de este talentoso oaxaqueño sigue trascendiendo fronteras.

Foto: Cortesía.

Pie de foto: Noel Vargas Hernández, un hábil artista plástico influenciado por las tradiciones artesanales de su familia.