Con el nuevo director de la OSCH, Enrique Ramírez, han realizado una serie de presentaciones

Isabel Nigenda Noticias

Foto: Isabel Nigenda. Pie de foto: Se muestra contento por estar en estas tierras chiapanecas, en donde dice ha encontrado músicos talentosos y entregados, aspectos que ha disfrutado mucho.

Desde hace un mes y medio, el director de orquesta Enrique Ramírez, le ha dado sonido al estado, ha venido trabajando con los integrantes de la Orquesta Sinfónica de Chiapas (OSCH), el cual inició su integración desde el 2009, a través del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta) y proyectos formativos.
La Orquesta comenzó los conciertos del 2022 con el músico de Michoacán, con la temporada de Primavera, con presentaciones en diferentes espacios culturales y públicos, entre ellos: los teatros Francisco I. Madero y Emilio Rabasa, así como el Parque de Berriozábal.
Se muestra contento por estar en estas tierras chiapanecas, en donde dice ha encontrado músicos talentosos y entregados, aspectos que ha disfrutado mucho. Aunque la primera estación del año ha sido el pretexto para comenzar una serie de conciertos recuerda a Vivaldi y Astor Piazzola, grandes compositores que se inspiraron en las temporadas del año. Por ello, resalta que, el público podrá escuchar en las próximas tres presentaciones un repertorio variado que han preparado, como música de películas hasta algunas sinfonías importantes.
“La música sinfónica es un momento que concentra grandes cantidades de músicos, de personas, donde todos se reúnen en un momento en común para transmitir el mensaje de la música”, menciona.
Enrique Ramírez como director respeta los estilos de diferentes piezas, sin embargo, tiene como fin que la propia Orquesta proponga sonidos, incluso fraseos, comunicación, sobre todo, una versión en conjunto.
“Realmente me ha gustado desde siempre trabajar con gente, cuando haces Música de Cámara, tienes dos o tres compañeros, se conversa y se encuentra una propuesta común. El trabajo orquestal es exactamente lo mismo, te retroalimentas de lo que ellos opinan, se vuelve algo más vivo”, apunta.
A él le gusta escuchar de todo tipo de música. También baila. Toca el violonchelo y el piano. Si fuera una nota musical sería un do menor, ya que la considera un color interesante, de gran tonalidad, le agrada mucho. Eligió esta carrera porque una vez en Michoacán, a temprana edad, escuchó a una Orquesta tocar en vivo. Debido a ello, cada concierto en donde participa se convierte en ese momento que atrapa, que comparte mensajes, formas y sentires de vida, para que alguien en una butaca, ya sea un niño, una niña o joven decida acercarse a la música clásica.