Su vínculo con la cartonería y la educación artística no es solo un oficio, sino una pasión heredada

Karla Gómez Noticias

En el corazón de Salamanca, Guanajuato, un maestro artesano y educador ha tejido una extraordinaria carrera que trasciende las fronteras de México, llevando consigo la riqueza de la cartonería y la enseñanza artística. Osvaldo Ruelas Ramírez, originario de esta tierra fértil en tradiciones, ha dejado una huella imborrable desde sus humildes comienzos en 1996 hasta convertirse en un embajador cultural reconocido tanto en el país como en el extranjero.

Su vínculo con la cartonería y la educación artística no es solo un oficio, sino una pasión heredada y perfeccionada a lo largo de los años. En una entrevista reveladora, Ruelas Ramírez comparte que su viaje artístico comenzó como parte de la tradición familiar, evolucionando hacia una profesionalización marcada por colaboraciones significativas con el gobierno de Salamanca en programas de revitalización de espacios públicos y atención juvenil.

«Desde muy joven participé en casa de cultura con clases desde ajedrez, pintura, y principalmente en la organización, y esto es algo que se me dio natural», expresa el maestro. Su don para la enseñanza se manifestó temprano, siendo solicitado para impartir talleres en diversas instituciones educativas, desde escuelas primarias hasta universidades.

La diversidad de sus esfuerzos educativos lo llevó a trabajar en cursos de rehabilitación para adultos en reclusión y con personas con discapacidad, demostrando su compromiso con la inclusión y la democratización del arte. Desde el 2003, fue reclutado por el maestro Ramón Ramírez López, presidente de la Asociación de Arte «Es por Salamanca», para dirigir cursos de verano auspiciados por el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart).

La maestría de Ruelas Ramírez en la cartonería ha cosechado reconocimientos, consolidándolo como una figura destacada en el ámbito artesanal. Premios como la mención honorífica en el Gran Premio Nacional de Arte Popular 2018 y el primer lugar en la misma competencia en 2022 subrayan su influencia en la enseñanza de la cartonería en su región.

«El éxito que he tenido no es propio, siempre es trabajo de colaboración, tanto de familia, como amigos, compañeros creadores y alumnos», reflexiona el maestro, destacando la importancia del trabajo colectivo en su trayectoria. Sus obras, incluyendo una imponente catrina de tres metros y medio y un alebrije de cuatro metros, han cruzado fronteras y se han exhibido en Alemania, Estados Unidos y el Vaticano, llevando consigo la esencia y la destreza de la cartonería mexicana.

Pero más allá de las reconocimientos y exhibiciones internacionales, Osvaldo Ruelas Ramírez se enorgullece de su contribución a la difusión del arte popular mexicano en su estado natal. Sus talleres promueven la inclusión y diversidad, logrando que sus alumnos alcancen reconocimientos a nivel nacional con proyectos que fusionan cultura y técnica.

Uno de los hitos más significativos en su carrera fue su participación en el Primer Encuentro de Cartoneros en Orizaba, Veracruz, donde alrededor de 40 artistas populares se reunieron para dar vida a extraordinarias figuras de cartón. Este evento subraya la importancia de la comunidad artesanal y la vitalidad de la cartonería como expresión artística única.

Osvaldo Ruelas Ramírez no solo es un maestro artesano hábil, sino un educador comprometido y un embajador cultural que ha llevado la magia de la cartonería a nuevos horizontes, dejando un legado duradero en Salamanca y más allá. Su historia es un testimonio vivo de cómo el arte, cuando se fusiona con la dedicación y la enseñanza, puede transformar comunidades y trascender fronteras.

Foto: Cortesía.

Pie de foto: La maestría de Ruelas Ramírez en la cartonería ha cosechado reconocimientos, consolidándolo como una figura destacada en el ámbito artesanal.