La Sinfónica de Chiapas
Después de mucho tiempo regresamos al Teatro Francisco I Madero, edificio ubicado en una esquina muy cerca del centro de la ciudad.
Y si pudiéramos describir nuestra velada diría que fue una noche romántica de divertidas coincidencias.
El edificio fue construido a finales del siglo XIX, siglo que vio desarrollar la música en vuelos virtuosos y orquestaciones que dieron forma al romanticismo.
A finales del siglo XIX, el gran Claude Debussy desarrolló su peculiar estilo de composición por lo que fue llamado el primer compositor impresionista.
Y es que la sinfónica de Chiapas nos ofreció estos movimientos de Rossini, Debussy, Sarasate y Haydn.
Los asistentes disfrutamos la interpretación solista de Samuel Jiménez y reconocimos la energía del joven director Rogelio Maximiliano Flores.
¿Coincidencias? El romanticismo marco diferencia con la escuela clásica en la música de su siglo y la nueva Orquesta Sinfónica de Chiapas nos ofrece nuevos bríos, se despoja de ropajes y se va estableciendo con su propia personalidad.
Así vuelve a crecer el gusto de escucharlos.