Esta pintura es una obra singular, raramente encontrada fuera de colecciones museísticas

Karla Gómez NOTICIAS

En el umbral de la Semana Santa del presente año 2024, la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha llevado a cabo la restauración de una obra invaluable: la pintura de caballete de La Virgen del Refugio, residiendo en el Convento franciscano de Nuestra Señora de Guadalupe, Zacatecas. Esta delicada labor ha permitido devolver a su comunidad religiosa una pieza única, de gran valor cultural y estética incomparable.
Datada en el siglo XVIII, esta pintura es una obra singular, raramente encontrada fuera de colecciones museísticas. Situada en el altar izquierdo del crucero del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, esta imagen ha sido venerada por la feligresía desde tiempos inmemoriales, especialmente durante la Semana Santa, donde su importancia adquiere una relevancia aún mayor.
El Convento franciscano, hogar de esta obra de arte, comparte su espacio con el Museo de Guadalupe, cuya pinacoteca es aclamada como una de las más destacadas del norte de México. Esta convivencia entre lo sagrado y lo cultural aporta una dimensión única a la experiencia de quienes visitan este lugar de veneración y reflexión.
La pintura, montada en un marco veneciano que forma una caja semioval, es más que una simple representación religiosa; también es un objeto de peregrinación. El marco está adornado con molduras de bronce rojo dorado con latón, trabajadas meticulosamente mediante técnicas de repujado y troquelado. Además, entre el cristal y el lienzo, se encuentran delicadas flores de cera, elaboradas con la técnica tradicional de las monjas carmelitas, utilizadas en rituales religiosos.
El proceso de restauración llevado a cabo por los expertos del Área de Conservación y Restauración del Centro INAH Zacatecas fue exhaustivo y minucioso. Se realizaron diversos estudios técnicos, como radiografías, reflectografía infrarroja y análisis de fluorescencia de luz ultravioleta, para comprender la técnica original de la obra y abordar los desafíos de su conservación.
Los especialistas se enfrentaron a la corrosión y oxidación de los elementos metálicos del marco, así como a la necesidad de reforzar los ensambles de madera. Se llevó a cabo una limpieza meticulosa, tanto mecánica como físico-química, para restaurar la integridad de la estructura y preservar su belleza original.
A pesar de los esfuerzos realizados, no se pudo encontrar ninguna firma que proporcionara información sobre la autoría de esta obra histórica. Sin embargo, su valor trasciende cualquier nombre, pues representa no solo una expresión artística única, sino también un vínculo tangible con la historia y la fe de la comunidad que la ha venerado durante generaciones.
La restauración de la pintura de La Virgen del Refugio es un tributo a la rica herencia cultural y espiritual de Zacatecas, un testimonio de la dedicación y el compromiso de preservar y compartir nuestras más preciadas joyas del pasado. En este tiempo de reflexión y celebración, esta obra restaurada brilla con renovado esplendor, recordándonos la importancia de cuidar y valorar nuestro patrimonio cultural.

Foto: Cortesía
Pie de foto: La pintura, montada en un marco veneciano que forma una caja semioval, es más que una simple representación religiosa; también es un objeto de peregrinación.