A temprana edad comienzan a conocer elementos característicos de su cultura

Isabel Nigenda Noticias

Foto: Isabel Nigenda. Pie de foto: Alrededor de 250 niños y niñas, recorrieron las principales calles de Chiapa de Corzo.
Foto: Isabel Nigenda. Pie de foto: Alrededor de 250 niños y niñas, recorrieron las principales calles de Chiapa de Corzo.

Con la salida de infantes vestidos de Parachicos y Chiapanecas, inicia la Tradicional Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, en la celebración del Día del Niño de Atocha.

Desde temprana hora, alrededor de 250 niños y niñas se dieron cita en el Salón San Sebastián, para recorrer las principales calles del pueblo mágico, bajo el ritmo del tambor y carrizo, sonidos que alegran el espíritu de los y las danzantes.

Rodeando al Patrón de los Parachicos, Rubisel Gómez Nigenda, salieron para vivir con júbilo una de las tradiciones más representativas de la ciudad. Asimismo, por primera vez fueron acompañados de niños y niñas del Crit Chiapas, que se suman a este festejo en donde las infancias son vistos como los continuadores de una cultura viva.

«Más niños quieren bailar, quieren danzar, por ello, se estableció el 4 de enero, como una actividad de rescate, puesto que ya tenía más de 50 años que se había perdido. Era un paseo que se hacía a la iglesia, hoy en día hemos tratado de rescatar, es una buena oportunidad para que ellos puedan danzar libremente», dijo.

Asimismo, recalcó la importancia en el fortalecimiento y la preservación con los niños y las niñas, quienes a temprana edad comienzan a conocer elementos característicos de su cultura.

Por otro lado subrayó que en esta tradición que data de más de tres siglos, los Parachicos bailan por dos razones: para pedir y agradecer, pedir por las carencias: salud, dinero, familia y trabajo; y para agradecer las bondades que se tiene.

Parte del recorrido contempló la visita a San Antonio Abad, debido a esto, bailaron con mucha alegría frente al santo, mostrando así sus primeros acercamientos a esta actividad llena de cultura, tradición y misticismo.

De igual forma, ingresaron a la iglesia de Santo Domingo, en donde frente al Niño de Atocha y demás santos gritaron en unísono las vivas al santo y no dejaron de ofrendar sus pasos de baile a la imagen religiosa, como Ángel, quien tiene nueve años, que al igual que su papá Manuel se viste de Parachico, y manifestó su alegría por ir vestido de uno de los personajes más vistosos de la Fiesta Grande.

Manuel Álvarez, padre de familia y Parachico, compartió sentirse agradecido con Dios y con el Santo Niño de Atocha, puesto que, los estragos de la pandemia no habían participado los niños en esta fecha.

«Llevamos 25 años de recorrido, bailando Parachico, por lo que se le enseña ahora el recorrido, el respeto al Patrón y al santo que el día de hoy se festeja», comentó.

Karen es mamá, llevó a su hija de dos años al recorrido vestida de Chiapaneca, ya que quiere demostrarle a su niña que es importante participar en las tradiciones de Chiapa de Corzo.

De acuerdo a una narración oral, se cuenta que hace muchos años, una señora celebraba al Niño de Atocha. Sin embargo, en cierto año no tenía los recursos económicos para festejarlo. Pese a ello, un niño comenzó a visitar a los vecinos y los invitó a cooperar para que continuaran con esta celebración. Los vecinos no duraron en ayudar. Así también se acercaron a la dueña del bulto y le comentaron la labor que hizo su hijo.

La señora se sorprendió y les comunicó que no tenía hijos. En ese instante, se percataron de que las chanclas del Niño de Atocha estaban desgastadas…