Una vida dedicada al teatro y a la ayuda social

Isabel Nigenda
Noticias

A un año de su partida recordamos a una de las grandes mujeres que llamó al pueblo al teatro, Dolores Montoya Galguera, más conocida como «Lola Montoya». Precisamente, el 3 de abril de 2022, falleció, dejando un legado en la cultura que difícilmente será olvidado.
Nacida en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 28 de abril de 1943, Lola Montoya dedicó su vida al teatro y a la cultura en general. Desde joven, fue una apasionada de las artes escénicas, y en 1966 inició su carrera como actriz en la obra «La danza que sueña la tortuga» de Emilio Carballido con el grupo Debutantes 15, dirigida por Gustavo Acuña. Desde entonces, participó en decenas de obras dirigidas por Acuña, Rodolfo Álvarez y Luis Alaminos, entre otros.
Sin embargo, Lola Montoya no solo destacó como actriz, sino también como dramaturga, directora teatral y gestora cultural. Durante su carrera, escribió diversos guiones y obras de géneros variados, entre las que destacan «Los valientes defensores de la naturaleza», «La caperucita feroz», «Ángeles contra diablos», «Capitán malinche», «Las semillas impacientes», «Viva, vive», «Cri Cri. Y bailamos rock and roll», «Los cuernos del diablo», «Alicia en el país de la ecología», «Imagina», «Don juan tenorio chiapaneco», «Disco dos en conducta», «Don camilo», «La marimba arrecha», y «El negro marimbo».
En 1985, Lola Montoya fundó su propio grupo de teatro infantil en el centro deportivo del ISSTECH, con el que realizó diversos montajes como recitales, musicales, comedia, pastorelas, y la mayoría de estas obras fueron de su autoría. Pero uno de sus mayores logros fue la obra «Bienvenido Conde Drácula», estrenada el 26 de agosto de 1987, que se convirtió en un éxito rotundo y la catapultó como una de las grandes dramaturgas de México.
Su amplia trayectoria en el teatro chiapaneco le valió diferentes reconocimientos tanto locales como estatales, incluyendo el Premio Chiapas en artes en el año 2012 y el premio Excelsis Diamante otorgado por la Global Quality Foundation en 2007. Además, Lola Montoya fue becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes (FOESCA) en 1998-1999.
Pero más allá de sus logros artísticos, Lola Montoya también destacó por su labor altruista. Varias de sus obras fueron en beneficio de la Cruz Roja para diversos municipios de la entidad.
En los últimos años, Lola Montoya se dedicó a la narrativa, y dejó un legado literario que incluye obras como «Mariano Lunes jaguar», «la Monchita», «Traconi», y «la niña cielo», entre otros textos que se integrarán para su publicación.
Tras un año de su partida, recordamos a Lola Montoya como una de las grandes mujeres de la cultura en Chiapas.