Ana Liz Leyte NOTICIAS
Fernando Canseco, es un locatario en el mercado Juan Sabines –ubicado en el corazón de Tuxtla Gutiérrez-, él, es una de las 3 mil personas que dependen económicamente de las actividades que se realizan en estos centros de abasto.
Desde hace 30 años, inició su propio negocio vendiendo calzado dentro de este centro, pero anteriormente, acompañaba y ayudaba a sus padres a la venta de frutas y verduras. Así que, por más de 45 años ha visto cómo estos espacios se han modificado, pero no han desaparecido, aunque actualmente enfrentan una de sus peores crisis.
“Han sido dos o tres etapas muy duras, una de ellas, cuando renovaron el mercado y nos movilizaron hacia el parque central, y otra etapa más, fue la pandemia, apenas muchos nos estamos recuperando, otros más tuvieron que cerrar y otros lamentablemente murieron”, indicó el locatario.
Las ventas en estos centros han disminuido hasta más del 50 por ciento, debido a la difícil situación económica de los chiapanecos, la pandemia por COVID-19, pero también la indiferencia de las autoridades.
“Está bastante bajo, es que hay mucha venta afuera también eso es lo que afecta”, denunció el señor Fernando Canseco.
Cada 02 de agosto, se conmemora a las y los locatarios y se resalta el valor que éstos tienen en la sociedad, además, de que se puntualiza los mercados generan empleos y potencian el capital social, además, de ser espacios esenciales para el fortalecimiento cultural y la identidad local cuyas manifestaciones han sido calificadas como patrimonio inmaterial.
Este año, y ante la difícil situación que atraviesan, los locatarios aseguran que el mejor regalo que podrían tener es la presencia de sus clientes.
“Es todo, es nuestra vida, por eso le dedicamos ese cariño y amor, tanto al negocio y a nuestros clientes nos da gusto poder compartirles un poco de nuestro México porque todo es nacional”.
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Fernando Canseco es una de las 3 mil personas que dependen económicamente de las actividades que se realizan en estos centros de abasto.
Foto: Ana Liz Leyte