Las evidencias de la violencia en las casas y los casquillos percutidos sobre las calles aún permanecen

Jhonatan González NOTICIAS

A casi una semana de los hechos violentos en el municipio de Tila, Chiapas, éste aún luce desolado, son apenas 10 personas las que se encuentran en la cabecera municipal, mientras que las fuerzas federales y estatales intentan mantener el orden, aunque las evidencias de la violencia en las casas y los casquillos percutidos sobre las calles aún permanecen.
En este conflicto donde el tema agrario dejó de ser la base, los pobres resultan ser los más castigados, pues al menos 10 personas no quisieron dejar su hogar y sus animales, pero ahora deambulan por las solitarias calles en busca de alimentos y medicamentos, señala uno de los pobladores.
“Bueno yo me decidí quedar porque no puedo estar en otro lugar, ósea yo como tengo mi casita y todo eso, estar en otro lugar no es lo mismo (…)Yo por eso no salí, porque primero tengo mis animales y todo eso (…) Y no tengo porque salir, porque como no me meto en problemas”, aseveró.
Ante la incertidumbre de que la problemática no sea atendida por las autoridades federales y estatales, algunos habitantes decidieron ingresar a Tila para alimentar a sus gallinas, perros y gatos, por temor a perder parte de su patrimonio.
“Sí como estoy acostumbrada, no tengo nada que ir a buscar allá a los refugios, pero mis dos hijas se quieren ir a trabajar fuera, ahorita vine a buscar alimento para mis animales, estuvo feo, si quiere vamos a tomar la foto ahorita para que vean que no es mentira”, expuso.
Aunque el gobierno federal ha colocado módulos de atención en Tila, pocos son los que acuden y se quedan en lo que un día fue su hogar.

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Son apenas 10 personas las que se encuentran en la cabecera municipal, mientras que las fuerzas federales y estatales intentan mantener el orden.
Foto: jhonatan González