“Pedimos que el Instituto Nacional de Migración resuelva la situación de los miles de migrantes que han salido de sus países por falta de oportunidades”
Sergio García CORRESPONSAL / NOTICIAS
Foto: Sergio García
Tapachula.- Wilner Metelus, presidente del Comité Ciudadano en Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos (CCDNA), hizo un llamado al gobierno mexicano a través del Instituto Nacional de Migración (INM) para que se retome un diálogo serio y se puedan atender a los migrantes africanos y haitianos que se encuentran en Tapachula.
Vía telefónica el académico y activista en territorio mexicano, para que tome en consideración de los extranjeros varados en la frontera sur, porque son seres humanos y llevan meses, sin recursos y muchos durmiendo, viviendo en situación de calle o en las instalaciones de migración.
“Pedimos que el Instituto Nacional de Migración resuelva la situación de los miles de migrantes que han salido de sus países por falta de oportunidades”.
Este grupo de migrantes son los que lanzaron piedras, palos y objetos a elementos de la Guardia Nacional, hace unos días en esta ciudad, para pedir a las autoridades migratorias les puedan otorgar papeles para dejar la ciudad.
Metelus, aprovechó para pedirle al gobierno mexicano que libere a los cientos de migrantes asegurados y encerrados en la Estación Migratoria Siglo 21, “Adentro de este lugar hay centenas de migrantes que tienen Covid-19, por lo que urge una respuesta para dejarlos salir”.
Indicó que las mujeres, en gestación y los niños, no representan una amenaza, sino lo que buscan es poder tramitar sus documentos y salir lo más rápido que se pueda de Tapachula.
Sin embargo, a pesar de estas manifestaciones, los trámites siguen lentos y se atienden unas 100 a 200 personas diarias en la oficina de regularización migratoria mejor conocida como Migración Sur.
Estas oficinas los días hábiles, se aglomeran miles de migrantes de unos 20 países que requieren documentos y las autoridades no se dan abasto para atenderlos, ya que son los haitianos y africanos que se concentran desde una noche antes para apartar algún lugar y esperar que los agentes de migración salgan con su megáfono para llamar a los citados.
