De los contenedores que instaló el Unicef, les dicen que no es de los migrantes, sino de ellos

Sergio García CORRESPONSAL / NOTICIAS

Tapachula.- Un migrante originario de Cuba, denunció que supuestos guardias de seguridad en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), no les permiten ir a agarrar agua a los contenedores que instaló el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Donde hay un poco de maltrato fundamentalmente de la COMAR, donde hay veces que les niegan el agua para beber, les dicen que no es de los migrantes, sino de ellos.
“Yo digo una cosa, eso lo puso la Unicef para los migrantes para que tengan agua para beber y tengan ciertas condiciones, ahí nosotros hemos pedido agua filtrada para beber y lo han negado la mayoría de las veces”.
Hizo un llamado a los derechos humanos para que ponga especial atención y respeto para los migrantes, “No estamos pidiendo nada grande, sino que tengan un poquito de consecuencia, de respeto porque en esta ciudad pasamos hambre, miseria ya que huimos de nuestro país”
El migrante quien huyó de Cuba por los bloqueos, la situación económica, ya que no hay comida y medicamentos, donde hay abusos y no se respetan los derechos humanos.
Este migrante isleño, quien se encuentra sentado en un bote, mientras narra su historia, se ve cansado, sin playera, con hambre, sin dinero y un lugar donde dormir.
Este hombre, contó que en su país fue un opositor, capitán político en el ejército de Cuba en los años de Fidel Castro, donde fue maltratado.
“Nosotros hasta ahora, por una parte, nos tratan bien y no nos molestan, nos dejan transitar en los límites que nos han puesto, siempre y cuando no caigamos en delitos del estado, nos dan libertad, al menos vivimos con tranquilidad”.
En Tapachula, este migrante se refirió al grupo de los Médicos Sin Fronteras y el grupo de Jesuitas y Refugiados, que les han dado un especial trato.

PIE DE FOTO:
Un migrante de Cuba, denunció que supuestos guardias de seguridad en la COMAR, no les permiten ir a agarrar agua a los contenedores que instaló el Unicef.
Foto: Sergio García