El evento fue realizado en el Centro Cultural Carlos Jurado, en el corazón de San Cristóbal de las Casas,

Jhonatan González NOTICIAS

Por primera vez, el Ensamble Alma de Madera y el Semillero Creativo Coro Infantil en Movimiento de la comunidad indígena de Bachajón unieron sus talentos para ofrecer un concierto único, llevando la música clásica a las infancias de los pueblos originarios de la región.

El evento, realizado en el Centro Cultural Carlos Jurado, en el corazón de San Cristóbal de las Casas, fue parte de un proyecto denominado Tejiendo Cuerdas de Identidad, que busca fortalecer las raíces culturales de los niños a través de la música, al tiempo que se rescata y celebra la lengua tzeltal.

Este concierto no solo fue un espectáculo musical, sino también un mensaje profundo de esperanza y un puente entre culturas, generaciones y comunidades. La iniciativa se enmarca en el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico, y tiene como objetivo acercar la música clásica a las comunidades más alejadas, especialmente a aquellas de escasos recursos que no tienen acceso a teatros o eventos culturales de gran escala.

Katia Girón, integrante del Ensamble Schule’LTE’, explicó que el proyecto tiene como misión principal hacer la música clásica más accesible y divertida para los niños. “Este proyecto trata de acercar la música clásica y hacerla un poquito más divertida para los niños de escasos recursos que no tienen la posibilidad de asistir a un teatro o pagar un boleto. Así que decidimos montar algo navideño y hacerlo más dinámico a través de un cuento con visuales”, comentó.

Además destacó la importancia de ofrecer una experiencia que no solo sea educativa, sino también entretenida y participativa.

Para hacer realidad este sueño, alrededor de 25 niñas y niños hablantes de la lengua tzeltal viajaron durante casi cuatro horas desde su comunidad en Bachajón hasta San Cristóbal de las Casas para dar voz a canciones que refuerzan su identidad cultural. Entre las melodías interpretadas, destacaron temas como La Tortuga del Arenal, Luna de Xelajú y un arreglo especial del clásico El Cascanueces. Estos niños no solo compartieron sus canciones tradicionales, sino que también se sumergieron en las melodías clásicas interpretadas por el Ensamble Alma de Madera.

Mario Méndez, director del Coro Comunitario, explicó que la agrupación comenzó recientemente en el mes de octubre, luego de haber perdido su sede anterior en la zona norte de la ciudad. “Después de perder la matrícula en el centro cultural de la zona norte, tuvimos que buscar otra sede, y es así como nos trasladamos al pueblo de Bachajón, donde hemos podido trabajar de forma más cercana con los niños, preparando otros conciertos y fortaleciendo nuestra propuesta musical”, compartió.

El Ensamble Alma de Madera está compuesto por cinco jóvenes estudiantes del Instituto Superior de Música de Veracruz, quienes, con sus violines, viola, chelo y contrabajo, interpretaron suaves melodías que llegaron al corazón de las personas en situación vulnerable.

Daniel Pérez, integrante del ensamble, señaló que el propósito de este proyecto va más allá de dar conciertos en auditorios prestigiosos: “Cada vez el propósito se está volviendo más real, el de compartir la música sin que haya barreras de pago o de acceso. Gracias a este proyecto, podemos acercarnos directamente a las comunidades y ofrecerles una experiencia auditiva real, algo que es mucho más gratificante que simplemente verlo en un video”, explicó Pérez.

Para Katia Girón, la música no solo es una forma de arte, sino también una herramienta de transformación social. “La música enseña mucha paz, colaboración en equipo, y creo que va más allá de eso. Es importante que las comunidades vulnerables se acerquen a algo tan hermoso como la música, porque tiene un impacto positivo en ellos”, concluyó.

Dejó en claro que este tipo de proyectos no solo busca ofrecer entretenimiento, sino también empoderar a las nuevas generaciones, especialmente a aquellos que, por diversas razones, no tienen acceso a la cultura en su forma tradicional.

El concierto en el Centro Cultural Carlos Jurado fue, sin lugar a dudas, un hito importante para la comunidad, mostrando que la música es un vehículo poderoso para la inclusión, el fortalecimiento de la identidad cultural y la integración de las comunidades a través del arte. Tejiendo Cuerdas de Identidad no solo acercó la música clásica a los pueblos originarios, sino que también tejió un lazo de esperanza, solidaridad y unidad cultural entre todos los participantes.

PIE DE FOTO:

El evento fue realizado en el Centro Cultural Carlos Jurado, en el corazón de San Cristóbal de las Casas. FOTO: Jhonatan González