El 70 % de las mujeres no pide ayuda a pesar de haber sufrido violencia por parte de un familiar

Daniela Grajales NOTICIAS

Pascuala asegura que si no lleva dinero a la casa, le pega, por lo que en estos días se ha quedado a dormir en el atrio de la iglesia de Justo Juez. – Foto: Daniela Grajales

En el barrio de Cuxtitali habita Pascuala, ella es originaria de Oxchuc, lleva más de 3 años radicando en San Cristóbal, a diario sale a vender a la plaza central de este pueblo mágico, sin embargo, debido a los actos violentos que se han suscitado, lleva dos días sin acudir a su puesto, de las ganancias de la venta de llaveros y otras artesanías mantiene a sus tres hijos y hasta su esposo, Pascuala, asegura que si no lleva dinero a la casa, le pega, por lo que en estos días ha quedado a dormir en el atrio de la iglesia de Justo Juez.
“Tengo dos hijos pues, ahorita estoy esperando sacar para la comida, pero no sale, no hay turista, si no llevo nada me grita mi esposo pues, por eso es que duermo ahí donde caiga”.
Menciona que quiere denunciar pero no sabe cómo, porque no se expresa muy bien en español, además teme que su esposo se entere o que le quiten a sus hijos.
“Dicen pues que les quitan los hijos, me da miedo, es que hablo más en tzotzil, no lo entiendo que me van a decir pero ya no quiero que me pegue, una vez me lo zafó mi mano, pero no le hice caso”.
De acuerdo con el estudio “Resiliencia de las Mujeres Indígenas y Rurales a los impactos de la Covid-19”, el 70 % de las mujeres no pide ayuda a pesar de haber sufrido violencia por parte de un familiar. Y en los pocos casos que lo han hecho, ha sido a familiares cercanos (26 %), a amigas o conocidas (3 %), y en una mínima proporción a un juzgado (1 %).
El estudio fue realizado por la Secretaría de Igualdad de Género (Seigen) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en comunidades indígenas de los Altos de Chiapas; en él se destaca que el 77 % de las mujeres respondió en la línea base no saber cuáles son los canales y servicios de acceso a la justicia que ofrece el gobierno.
Aun cuando para ellas es importante recibir o tener información, el 84 % afirmó no haber recibido algún material sobre cómo se puede obtener acceso a la justicia en caso de sufrir algún tipo de violencia.
En ese mismo tenor, en los grupos focales las mujeres no mencionan hallar soluciones para acceder a la justicia, en caso de ser víctimas de violencia.
Si bien tienen acceso a los juzgados, una vez que se acercan a ellos comentan sobre obstáculos para proceder. Por ejemplo, el documento evidencia que el “trámite les resulta muy complicado o, mencionó una mujer, el propio juez comparte el pensamiento de que los hombres mandan”. Aparte de los juzgados, las mujeres no identifican otros centros de ayuda.
El documento resalta que el alcoholismo es un problema fuerte en estas regiones, siendo que en 2021 se llegó a un acuerdo mediante el cual se prohíbe la venta de alcohol en la comunidad, o se multará a quien lo haga.
“Las mujeres comentan que esto ha surtido cierto efecto. Sin embargo, la venta de alcohol en comunidades cercanas reduce el impacto de dicho acuerdo”.