Esta festividad, que atrae tanto a locales como a visitantes, cobra una particular importancia entre los más jóvenes

Por Karla Gómez Noticias

Cada 4 de enero, niñas y niños de Chiapa de Corzo celebran con entusiasmo una de las tradiciones más emblemáticas de su comunidad: el recorrido en honor al Santo Niño de Atocha, como parte de la Fiesta Grande. Esta festividad, que atrae tanto a locales como a visitantes, cobra una particular importancia entre los más jóvenes, quienes desde muy temprano se agrupan para participar de este evento cultural y religioso.

Uno de los momentos más esperados tiene lugar en la casa de Rubicel Gómez Nigenda, el “patrón de los Parachicos”, quien ha sido clave en la transmisión de esta tradición. Desde hace 10 años, Rubicel organiza esta actividad, que tiene como principal objetivo que las niñas y niños de la localidad conozcan y vivan de manera directa los rituales y significados de su Fiesta Grande.

“La idea es que ellos no solo sean espectadores, sino que se conviertan en los futuros portadores de esta rica herencia cultural. Queremos que, desde pequeños, sientan la conexión con sus raíces y se preparen para ser los continuadores de esta tradición”, explicó Gómez Nigenda.

Este tipo de iniciativas no solo promueve el sentido de pertenencia, sino que también refuerza la identidad cultural de los niños, quienes se sumergen en una experiencia que va más allá de la diversión. Al recorrer las calles de Chiapa de Corzo, ataviados con los trajes tradicionales, los más pequeños son los protagonistas de una fiesta que enriquece su vínculo con la comunidad y con la historia que la rodea.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: Este tipo de iniciativas no solo promueve el sentido de pertenencia, sino que también refuerza la identidad cultural de los niños, quienes se sumergen en una experiencia que va más allá de la diversión.