La entidad entre los 12 estados para realizar proyectos resilientes agroalimentarios

Daniela Grajales NOTICIAS

PIE DE FOTO. La entidad es uno de los 12 estados seleccionados para trabajar un esquema para incrementar la resiliencia de los sistemas agroalimentarios a los efectos del cambio climático. Foto: Daniela Grajales

La entidad es uno de los 12 estados seleccionados por la Alianza Mundial por el Suelo, en conjunto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) para trabajar un esquema para incrementar la resiliencia de los sistemas agroalimentarios a los efectos del cambio climático y combatir la pérdida de agrobiodiversidad, mediante la recarbonización de los suelos del país.
Los trabajos se realizarán en estados seleccionados que presentan menor estabilidad climática y bajo potencial de captura de carbono, las cuales se ubican en Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Guanajuato.
También en los que se encuentran en zonas de menor estabilidad climática pero mayor potencial de captura de carbono en Veracruz, Chiapas, Campeche y Guerrero.; y áreas de mayor estabilidad climática y alto potencial de captación de carbono en Nayarit, Morelos, Veracruz y Chiapas.
La titular de la Dirección General de Políticas, Prospección y Cambio Climático de la Secretaría, Sol Ortíz García, enfatizó que este esquema considera la implementación de prácticas de manejo sostenible, gobernanza, proyectos institucionales y mecanismos financieros en el sector primario, lo que permitirá incrementar la resiliencia del recurso suelo.
En el marco del Congreso Interamericano de Agua, Suelo y Agrobiodiversidad, señaló que la agricultura es uno de los sectores más vulnerables a los efectos del cambio climático, en particular ante plagas, enfermedades, fuegos devastadores y menor rendimiento de los cultivos.
Informó que en México el 64 % de los suelos presenta algún tipo de degradación y el 28 % de las unidades de producción identifica como principal problema la pérdida de fertilidad del suelo.
Puntualizó que se debe construir un nuevo sistema agroalimentario justo, saludable y sustentable, a través del uso responsable del suelo, el agua y la biodiversidad, con la integración de sectores históricamente excluidos.
Chiapas también es considerado el guardián del futuro del agua en México, ya que abastece del vital líquido al 30% del país. La fuente de esta agua proviene de la Sierra Madre, el punto más al norte del Corredor Mesoamericano, considerado uno de los bosques nubosos más ricos de México, que se extiende hacia Guatemala y Honduras.
Estos ecosistemas, increíblemente fascinantes, se caracterizan por sus abundantes lluvias y nieblas espesas que son atrapadas por los bosques que retienen el agua y la van liberando poco a poco a los afluentes de los ríos. Sin embargo, debido a la deforestación, la expansión del cultivo del café y el cambio climático, estos bosques se han convertido en uno de los ecosistemas más vulnerables del mundo.
Aunque los efectos de un clima en constante cambio no afectan exclusivamente a los bosques nubosos de Chiapas, este estado ha sido particularmente deteriorado. Ha perdido el 55% de sus bosques nativos, que fueron deforestados fundamentalmente para la producción de café, maíz y la ganadería, que ocupa un tercio de la superficie terrestre del Estado.
Estas cifras asombrosas exacerban otros problemas climáticos que enfrenta la entidad: la degradación de los suelos, las sequías, los incendios forestales y la pérdida de la biodiversidad nativa, lo cual afecta a los principales lugares turísticos. Sumado a la baja productividad agrícola y ganadera, la perspectiva social de Chiapas es aún más drástica: el 78% de la población vive en la pobreza extrema y los niveles de inmigración continúan aumentando cada año.