Paliar de mejor manera la inflación, entre otros propósitos asegura Ernesto León Espinosa

Daniela Grajales NOTICIAS

Para encontrar mejores derroteros para los productores del campo se pondrá en marcha la primera comercializadora de productos elaborados tradicionalmente por chiapanecos. – Foto: Daniela Grajales

En busca de encontrar mejores derroteros para los productores del campo, en enero de 2023 se pondrá en marcha la primera comercializadora de productos elaborados tradicionalmente por chiapanecos, con lo que se acercará a la mesa de las familias productos frescos y de primera calidad, reveló Ernesto León Espinosa, presidente de la Unión Estatal de la Pequeña Propiedad del Estado de Chiapas.
Se han dispuesto a sumar esfuerzos en los distintos segmentos del campo, por lo que empezarán con estos espacios en la Capital de Chiapas y posteriormente en Ocozocoautla, porque la idea es tener línea directa con el comprador, con los consumidores.
De esa manera quienes producen leche, crema, queso, café, miel, chorizo, longaniza, frutas y verduras, muebles, etc podrán exponer en estos espacios, en donde habrá productos orgánicos y no orgánicos.
“Buscamos hacer un comercio justo para los productores, aun cuando el intermediario cumple una gran labor, porque ha llegado la hora que la gente conozca al productor, al que elabora de manera artesanal”, aseveró León Espinosa.
Con este tipo de comercializadora se podrá paliar de mejor manera la inflación, porque hoy de alguna manera hay una ganancia extra en los precios, que alguien se está llevando a través de las grandes cadenas comerciales.
Esa ganancia no llega a las manos de los productores, es lo que nos preocupa porque el campo está golpeado. La idea es que no se golpee más al consumidor.
Dijo que ya están viendo la ubicación donde estaría esta comercializadora en Tuxtla Gutiérrez. Sería la primera ocasión en que los productores chiapanecos de la pequeña propiedad se aventuren a buscar contacto directo con los consumidores.
El consumo local podría entenderse como una nueva corriente socioeconómica que ha modificado por completo el comportamiento de los consumidores y del comercio, así como nuestra relación con el entorno natural del que vivimos.
Se trata de un modelo de consumo responsable o consciente, contrario al consumismo, centrado en la satisfacción de aquello que es estrictamente necesario a fin de mejorar el bienestar de las generaciones presentes y futuras.
Un modelo, por tanto, sostenible y en el que sí importan los posibles impactos ambientales y sociales derivados de la cadena de producción, transporte, distribución y consumo.