El 15 de junio de 1974 seis personas abandonaron la antigua Concordia

Jhonatan González NOTICIAS

Después de 10 años el antiguo pueblo de La Concordia o la Atlántida Chiapaneca, emergió de las aguas de la Presa La Angostura, debido al descenso del nivel del embalse por las altas temperaturas que se registraron en todo el país, a causa del fenómeno El Niño.
Investigadores afirman que entre los años de 1973 y 1974, el viejo pueblo de La Concordia y sus tierras productivas resultaron inundadas por la construcción de la presa La Angostura o Belisario Domínguez, considerada la de mayor embalse del país, pues implicó anegar unas 60 mil hectáreas de terrenos y afectó a por lo menos 16 comunidades, mientras que 17 mil personas tuvieron que ser reubicadas.
En este sentido Romeo Gómez González habitante de la antigua Concordia, recuerda que este año se cumplieron 175 años de la fundación del pueblo y el aniversario 49 del traslado de la gente a la nueva Concordia, pues relata que fue un 15 de junio de 1974 cuando los seis mil habitantes fueron desplazados hacia el nuevo poblado, siendo la imagen del Señor de la Misericordia el último concordeño en salir cargado por hombres y mujeres.
“Lo masivo de la gente se esperó que pasara nuestra feria que es el cuarto viernes, pasando la feria, empezó la gente ya, llegaron carros que puso el gobierno para acarrear todas nuestras cosas hacia acá y la fecha límite para que saliéramos que había puesto el gobierno era, eso que saliera al último nuestro Señor de la Misericordia y con eso empezó a subir el nivel del agua”, detalla.
La economía del antiguo pueblo se basaba principalmente en la explotación de las minas de sal, pues eran decenas de toneladas las que se producían para abastecer a los municipios aledaños como Comitán, San Cristóbal de Las Casas, Chicomuselo, Frontera Comalapa y Venustiano Carranza.
“Que en La Concordia fue el único lugar que así lo quiso Dios y la naturaleza, que hubiera las minas salineras, eran unas vertientes como vierte agua dulce pero este era agua de sal y había 35 vertientes, entonces La Concordia producía mucha sal, era su comercio que tenía, empezaba en el mes de enero hasta abril era el tiempo de cosecha”, puntualiza.
Don Romeo recuerda que ante este cambio drástico donde tuvieron que abandonar su historia, su hogar y su identidad, también hubo separación de amistades, pues él y su grupo de amigos tuvieron que partir a municipios distintos para comenzar a reescribir su historia, tras la inundación del pueblo por las aguas de la Presa La Angostura.
“Ahí en el parque pusieron una refresquería y en esa refresquería pusieron una rocola”, dice uno de ellos, “miren el día que ya no nos vamos a ver pero estemos donde estemos cuando escuchemos esta canción nos vamos a acordar y fueron y pusieron una canción de Leo Dan, toquen mariachis canten, las veces que yo oiga esa canción me acuerdo de él, de ese momento”,
Por su parte, Pedro Pablo Ruíz Hernández también habitante de la antigua Concordia, señala que cada año los pobladores realizan un recorrido al antiguo pueblo para llevar a cabo una misa y recordar aquella fecha en la que tuvieron que abandonar la localidad, pero también para transmitir a las nuevas generaciones la historia, para que aún con el paso de los años ésta siga resonando.
“Y que lleven ellos esa tradición de dónde vienen, de donde viene la raíz de mí, de mis hijos, qué cuál fue la causa de que se haya hundido nuestro bello pueblo por quedar la presa La Angostura y cositas más para que vaya ellos nunca se olviden de dónde vienen, de donde son”, apunta.
En la actualidad el antiguo pueblo hundido entre las aguas del río Grijalva se ha convertido en un atractivo turístico, ya que durante la temporada de sequía son cientos de personas que acuden para conocer más de la historia del lugar, lo que ha permitido una derrama económica importante.
“Viene mucha gente a pasear, nos da economía, nosotros trabajamos en la lancha, la gente baja a comer pescado, ósea hay mucho beneficio para nosotros que baje la presa de la vieja Concordia porque viene mucha gente de fuera pasear, a ver, todo eso”, resalta.
Entre ruinas, este 2023 reapareció la antigua Concordia con su parque, los torreones de la iglesia de La Misericordia, así como los trazos detallados del pueblo, las calles, los cimientos donde algún día hubo casas, lavaderos y norias, así como la glorieta que fue testigo de muchas historias y sobre todo de aquella despedida de junio de 1974.
Cabe destacar que el pueblo de La Concordia fue fundado el 14 de febrero de 1849, con 11 calles, 5 secciones y 27 manzanas de 8 solares cada una; una para la plaza con 129 varas, media manzana para la iglesia, una casa cural y 50 varas para los edificios municipales, siendo Gobernador del Estado Fernando Nicolás Maldonado.

Pie de foto:
Este año se puede observar el parque, los torreones de la iglesia y los trazos de las calles.
Foto: Pepe Constantino