La falta de voluntad política hizo que en los últimos años la tala ilegal incrementará hasta 500 por ciento

Daniela Grajales NOTICIAS

René Gómez Orantes afirmó que el 90 por ciento de la madera que se mueve en Chiapas es de procedencia ilícita. – Foto: Daniela Grajales

Pese a ser uno de los estado más favorecidos con la diversidad en fauna y flora, René Gómez Orantes, presidente de la organización “Bosques y Gobernanza” afirmó que el 90 por ciento de la madera que se mueve en Chiapas es de procedencia ilícita, lo que ha demostrado la falta de voluntad de las autoridades para combatir este fenómeno.
La tala ilegal no solo contribuye a la deforestación, también degrada los bosques y acelera el cambio climático, expuso el abogado ambientalista, Luis Domínguez Bermúdez.
La tala ilegal ocurre cuando se cortan árboles sin la autorización adecuada o se excede la cantidad permitida, violando las leyes y regulaciones forestales establecidas.
El gobierno y las autoridades competentes en Chiapas han implementado medidas para combatir la tala ilegal, como el fortalecimiento de la vigilancia y la aplicación de la ley, la promoción de prácticas forestales sostenibles y la creación de incentivos para la conservación de los bosques.
Sin embargo, persisten desafíos en términos de recursos, capacidad y coordinación para abordar este problema de manera efectiva.
El activista expone que “cientos de árboles de maderas preciosas y otras especies de gran valor comercial son talados diariamente sin permisos de aprovechamiento, en zonas de alta biodiversidad al sur de México”.
Esto no solo afecta a los ecosistemas y sus servicios naturales, como a las afectaciones de fuentes hídricas y producción de alimentos, propiciando la pérdida de cientos de especies de flora y fauna que dependen de los recursos que los bosques brindan, viéndose afectadas al ver limitada su alimentación, refugio y reproducción.
La tala ilegal también priva a las comunidades de los beneficios económicos y sociales que los recursos forestales pueden proporcionar de manera sostenible a las comunidades locales que dependen de los bosques para subsistir, generando en muchas ocasiones conflictos sociales y territoriales.
“Se ha visto que algunos de los responsables involucrados dentro de las cadenas de tráfico ilegal también tienen relación con otras actividades ilegales”, destacó el ambientalista.