No sólo se han generado en el río Coatán, sino que se han dispersado en colonias y fraccionamientos donde pueden vivir de manera irregular

Sergio García CORRESPONSAL / NOTICIAS

Los asentamientos irregulares se dan porque nadie los controla y nadie les brinda vigilancia y un adecuado funcionamiento en la ciudad. – Foto: Sergio García

Tapachula.- Los asentamientos irregulares de migrantes en la Frontera Sur de México, no sólo se han generado en el río Coatán, sino que se han dispersado en colonias y fraccionamientos donde pueden vivir de manera irregular.
Para el presidente de la asociación de comerciantes de Pro-centro, César García Jiménez, se dan porque nadie los controla y nadie les brinda vigilancia y un adecuado funcionamiento en la ciudad.
“Nosotros necesitamos muchos recursos, porque los migrantes consumen agua, energía eléctrica, sin embargo, al estar en un asentamiento irregular están prácticamente en la selva y no hay nadie quien los organice para llevar una regulación de los problemas que se tienen”.
Destacó que los asentamientos irregulares, no son buenos, porque las personas tienen que realizar sus necesidades fisiológicas sobre los ríos, las personas que se quedan a dormir en las calles y banquetas, hacen la misma situación y las autoridades federales y estatales, no hacen nada por atender o crear los servicios.
El problema, es que los migrantes ya están en Tapachula y se requiere recursos humanos para poder atender a los extranjeros, para poder darles la aprobación o rechazó en el país.
García Jiménez, estableció que todo requiere regularizar y orden, porque sino se genera un gran caos “ La comar, funciona como si fuera un flujo normal de migrantes, pero no funciona por la misma función que son muchas personas que hacen un casos y lo segundo que se genera la presunta corrupción, no me costa que anda trabajando para cobrarle a los migrantes y sacarle su documento de COMAR”.
Mientras que no haya un verdadero funcionamiento en cuanto a la atención a los migrantes, se va a fomentar el caos y la corrupción.
Desde el 2018, la frontera sur de México, sigue teniendo afectaciones por el ingreso de miles de migrantes, ya que las oficinas de la COMAR, sigue siendo las mismas y únicamente las cambian de lugar, sin brindar una atención rápida y pronta para ser aceptadas y rechazadas.
Ya han pasado más de 5 años, con carencias en cuanto a infraestructura, tecnología y sobre todo a personal.