Carlos Sánchez NOTICIAS

Vanesa salió de su país en busca de cumplir el sueño americano, sin embargo, han pasado más de un mes y no ha podido ni siquiera llegar a la Frontera Norte de México. – Foto: Carlos Sánchez

El pasado 13 de febrero Vanesa salió de su país en busca de cumplir el sueño americano, sin embargo, han pasado más de un mes y no ha podido ni siquiera llegar a la Frontera Norte de México, debido a que las autoridades migratorias la detuvieron y ahora tiene que solicitar el permiso para transitar de forma libre temporal en el país.
La joven de 32 años relata que ha sido difícil dejar a su familia, pues en ella se encuentra su historia, sus raíces y todas su enseñanzas, el cual le ha costado abandonar para mejorar sus condiciones de vida, a tal grado que en su caminar, ha sido víctima de asaltos, agresión sexual y malos tratos.
“No quiero volver a vivir todas esas cosas horribles que viví allá, no quiero volver a darme cuenta que estoy durmiendo en un suelo como este, no tengo a mi mamá, no tengo a mi papá porque están muertos los días, por eso no quisiera regresar a Venezuela y me da terror nada más de pensarlo… Me he desesperado cuando los guatemaltecos, los hondureños, me han contado su historia tan horrible”, explica con los sentimientos a flor de piel.
Hoy confía en que pronto las autoridades mexicanas puedan otorgarle el documento que le dará mayor tranquilidad y comodidad, pues con el permiso podrá llegar hasta la frontera norte de forma aérea y carretera, para después caminar hacia los Estados Unidos y así dejar atrás la historia de travesía, que apear de las malas experiencias, asegura que cada lugar caminado le ha enseñado nuevas cosas, nuevas convencías.
“Más o menos unos quince días que estuve en Colombia, aproveché a trabajar, me robaron y entendí que bueno, tenía que seguir echándole pierna a la vida, yo me sentía bastante triste, porque no es cuestión de país es cuestión de corazón, lo intenté por allá, lo intenté por acá, lo intenté por varios lados y quería aprovechar la oportunidad, pero de repente te roban y ni cuenta te das”, señala.
Así como Vanesa, ciento de migrantes ingresan cada día a territorio mexicano, quienes caminan kilómetros y se exponen a la intemperie con tal de conseguir un documento que les permita dar tranquilidad y certeza, hoy las estaciones migratoria de Tuxtla Gutiérrez lucen llenas, donde las personas en tránsito buscan un cobijo.