Alejandra Chavez NOTICIAS

Un árbol de Guanacaste que se había secado, pero que había vivido más de 100 años en las márgenes del río Sabinal fue rescatado y regresado a la vida en manos del artista oaxaqueño Ángel Luna Almaraz, quien desde hace ocho meses labra el tronco del árbol de guanacaste, sobre las márgenes del río Sabinal, en el parque deportivo y Recreativo Caña Hueca.
Con su obra denominada “El Árbol de la Vida Zoque,” Ángel Luna inscribe en este tronco elementos de la cultura zoque, una cultura que aún prevalece marca los inicios de Tuxtla Gutiérrez, esta obra comienza representando a la familia, los abuelos, los padres con su vestimenta característica.
Esta obra se realiza como parte del rescate que el ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez realiza con el objetivo de rescatar árboles milenarios que son parte del patrimonio de la capital de Chiapas, y que lejos de derribarlos buscan darles vida como parte de la cultura que destaca nuestros árboles maderables endémicos de la región.
Don Ángel Luna ha trabajado por cerca de ocho meses de 7 a 8 horas diarias con el objetivo de volver a la vida este ejemplar, con cincel y marro el artista esculpe algunos conceptos que integran la vida familiar de los zoques, que lucha por mantenerse con vida en las nuevas generaciones, representa el padre, la madre, los hijos, los abuelos todos con la indumentaria zoque, que es una blusa bordada, el pantalón de manta, las faldas amplias y floreadas además de destacar la fauna chiapaneca, la flor de mayo, la flor del zequete, y con ello busca dar valor valor cultural al parque.
Esta obra será develada el próximo año, se busca que sea del conocimiento público y forme parte de las obras representativas del estado, aunque la obra está en marcha aún falta concluir con los acabados, se tiene que curar la madera, el artista aún no decide si será con barniz o laca o algún otro producto, el objetivo es darle un acabado en donde la madera se destaque, indicó el artista.
Se busca que este ejemplar pase de ser un árbol patrimonio municipal, a ser parte del patrimonio cultural de la capital de Chiapas, esta obra tiene un valor espiritual para la humanidad, y dará vida a todo aquel que lo contempla, lo que la obra refleja.
El artista detalló que la fachada principal talló un altar de muertos que contempla la figura del abuelo, la representación de la calavera, la calabaza, el maíz, el cacao, las velas y las almas que vienen a visitar los hogares el día de los todos los Santos y Fieles Difuntos el 1 y 2 de noviembre.
También incluyó una jícara de pozol, la flor de cempasúchil, las veladoras, la ardilla, el xoloitzcuintle, así como el tlacuache, en la lateral derecha representó al sol, el conejo, la figura del padre que suelta un ave como símbolo de libertad de conciencia que se debe obtener, la investigación de lo que ha sido a través de los tiempos, representa a la vez, la garza, el quetzal, el cotorro, el mascarón.
En la espalda del ejemplar represento otras especies de la fauna de la región, la tortuga, la iguana, el pijiji, la serpiente emplumada, y en lateral izquierda de la obra se representa a las canasteras con su vendimia, la paloma de barro, el nucú, los caracoles, las frutas como el chicozapote, la manzana, el pescado, la gallina, el búho y la madre que también está soltando un ave como símbolo de libertad de conciencia, en la parte superior de la obra está el jaguar, una especie emblemática de Chiapas que representa un rugido del tiempo y la historia.
El árbol de la vida es para representar al ser humano, la persona que padece, que no alcanza el florecimiento por sí mismo y que necesita del suelo fértil para crecer y que en este caso es el amor, que se nos ha heredado desde hace muchos años, el hombre abre los ojos a una nueva vida, apuntó el Angel Luna.

PIE DE FOTO:
Un árbol de Guanacaste que se había secado fue rescatado y regresado a la vida en manos del artista oaxaqueño Ángel Luna Almaraz.
Foto: Alejandra Chavez