NEIN GÓMEZ NOTICIAS

El Centro Deportivo «Caña Hueca» fue el epicentro de un rotundo éxito de filantropía y esfuerzo deportivo con la celebración de la carrera «Corremos por Diego». Más de 700 participantes se congregaron en las instalaciones atléticas para formar parte de esta carrera con causa, cuyo único y fundamental objetivo fue recaudar los fondos necesarios para que el niño Diego Cruz Yáñez pueda someterse a un trasplante de médula ósea.

La respuesta de la comunidad de corredores tuxtleca y chiapaneca fue ejemplar, mostrando un apoyo incondicional y masivo a la noble lucha que encabeza el pequeño Diego contra el cáncer.

La jornada atlética, celebrada en una mañana soleada y propicia para la activación física, estuvo marcada por un momento profundamente emotivo antes de dar el banderazo de salida. El propio Diego Cruz Yáñez tomó el micrófono para dirigirse a la multitud de atletas. Con un mensaje cargado de agradecimiento y esperanza, el niño conmovió a los presentes, quienes respondieron con una ovación que se convirtió en el mejor aliciente para iniciar el recorrido. Su gesto puso en perspectiva la importancia de cada zancada y el verdadero significado de la convocatoria.

DOMINIO FRATERNAL EN EL CIRCUITO DE 5K

Tras las palabras de Diego, se dio el banderazo de salida, liberando a la nutrida marea de corredores que se dispuso a completar los cinco kilómetros de distancia trazados sobre la pista perimetral y los senderos internos del complejo deportivo de Caña Hueca. La carrera, aunque con un espíritu netamente benéfico, contó con la intensidad propia de una justa atlética.

En el argot del running, el evento presenció un claro dominio por parte de los hermanos Guízar, quienes demostraron estar en un estado de forma excepcional.

Jorge Guízar cruzó la meta en primer lugar, demostrando su calidad y ritmo superior. Su hermano, Rey Guízar, no se quedó atrás, asegurando el segundo puesto del pódium y consolidando el éxito familiar en la rama varonil. El tercer escalón de honor fue ocupado por Javier Alonso de la Cruz, quien completó el trío de corredores más veloces de la jornada.

La ceremonia de premiación fue el broche de oro para el evento. Con un significado simbólico que trascendió lo deportivo, fue el propio Diego Cruz Yáñez quien encabezó el acto. El pequeño fue el encargado de entregar el reconocimiento y las felicitaciones a los tres mejores corredores de su carrera con causa, un momento que selló la conexión entre el esfuerzo atlético y la ayuda humanitaria. El éxito de la convocatoria garantiza un impulso financiero significativo para el tratamiento que podría cambiar la vida de Diego.

PIE DE FOTO: La respuesta de la comunidad de corredores tuxtleca y chiapaneca fue ejemplar, mostrando un apoyo incondicional y masivo a la noble lucha que encabeza el pequeño Diego contra el cáncer.

FOTO:  NEIN GÓMEZ