Luis Vallejo NOTICIAS

El suicidio es un fenómeno multifactorial en el que intervienen aspectos psicológicos, neuroquímicos, sociales y económicos que llevan a una persona a considerar que no hay salida a su sufrimiento, señaló el psicólogo clínico, Gregorio Camacho.
El especialista, comentó en entrevista que la depresión y la ansiedad son los detonantes más comunes, ya que provocan una profunda sensación de vacío y desesperanza. En otros casos, el consumo de sustancias o la abstinencia a drogas y alcohol pueden desencadenar la decisión de atentar contra la propia vida.
“Muchas personas cometen el acto estando bajo el influjo de alguna sustancia o en un momento de impulsividad. La depresión puede llevar a una visión en túnel donde el sufrimiento se percibe como interminable”, expuso.
Camacho advirtió que existen señales que pueden alertar sobre un riesgo suicida, como el aislamiento social, cambios en los hábitos, abandono de actividades cotidianas o conductas de riesgo. Estos indicadores, dijo, deben tomarse con seriedad y requerir atención profesional inmediata.
El psicólogo subrayó que la tasa de suicidio es mayor en hombres, lo que atribuyó a los estereotipos de género que dificultan la expresión emocional.
“A los hombres se les enseña que llorar o pedir ayuda es signo de debilidad, lo que provoca que acumulen emociones sin procesar hasta no encontrar salida”, dijo.
En ese sentido, alertó sobre el aumento de casos de adicciones en la población joven, y destacó que actualmente, el suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años, después de los accidentes viales. Muchos de estos casos están relacionados con historias de abuso, violencia familiar, abandono o adicciones desde edades tempranas.
Asimismo recalcó la importancia del acompañamiento familiar y la atención psicológica oportuna. “Todos los problemas tienen solución, pero es fundamental buscar ayuda profesional y no minimizar las señales de alerta”, dijo para finalizar.

Foto: Luis Vallejo

Pie: Destacan que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años, después de los accidentes viales.