Con el objetivo de fortalecer el papel de las mujeres en la protección del medio ambiente y la adaptación al cambio climático, a través de talleres con enfoque de género y sostenibilidad
Jhonatan González NOTICIAS

15 mujeres de la comunidad de Congregación Mendú, municipio de Berriozábal en la zona Metropolitana de Chiapas, participaron en el proyecto impulsado por la colectiva Cochulel con el objetivo de fortalecer el papel de las mujeres en la protección del medio ambiente y la adaptación al cambio climático, a través de talleres con enfoque de género y sostenibilidad.
Durante tres meses, las participantes asistieron a una jornada de seis talleres diseñados para proporcionar herramientas prácticas, conocimientos sobre su territorio y estrategias para enfrentar los efectos del cambio climático. Los talleres no sólo promovieron la conciencia ambiental, sino también la organización comunitaria y la autonomía económica de las mujeres productoras de plantas ornamentales y nativas.
En entrevista Alma Naín Narváez Barrios, fundadora de Cochulel, explicó que este proceso formativo tuvo como propósito visibilizar el trabajo de las mujeres de Mendú, dar a conocer su comunidad —una de las más importantes en la comercialización de plantas en Chiapas— y crear redes de apoyo que permitan vincularlas con instituciones, gobiernos y empresas.
“Queremos que la sociedad las conozca, que las cobije y sobre todo, que visite esta comunidad que tanto aporta a la biodiversidad del estado”, afirmó.
También dijo que la comunidad de Mendú enfrenta desafíos significativos, ya que la producción de plantas es abundante pero su comercialización es limitada, con ventas principalmente los domingos. Esto provoca que muchas plantas se pierdan por falta de compradores. Por ello, el proyecto busca generar una red de mercado que impulse las ventas, revalorice el trabajo de estas mujeres y fomente el comercio justo de especies nativas, como la vainilla planifolia, en colaboración con proyectos como Vainilla La Luna.
Explicó que otro de los ejes centrales del proyecto fue el enfoque de género. Las mujeres participantes reconocieron su papel como agentes de cambio en la protección del territorio, al tiempo que compartieron saberes ancestrales y estrategias de adaptación ante la crisis climática. La sequía prolongada, la escasez de agua, los cambios de temperatura y las lluvias intensas afectan directamente la producción de plantas, poniendo en riesgo su fuente principal de ingreso.
Por su parte María de Lourdes Vázquez Gómez, participante del proyecto, relató cómo han transformado su forma de trabajar al reutilizar macetas, compostar residuos vegetales y aplicar técnicas sostenibles para conservar el agua. “Antes no sabíamos cómo cuidar el medio ambiente, ahora lo hacemos con conocimiento. Llevamos el agua por tacitas para no desperdiciarla y reutilizamos todo lo que se pueda”, expuso.
“Empezamos a ver que si una plantita se nos seca, en vez de quemar la basura, la maceta o las bolsitas, lo volvemos a reutilizar y lo volvemos a llenar nuevamente del abono, que ahí mismo lo preparamos también y ya lo volvimos a reutilizar, las macetas, las bolsitas y ya le volvemos a meter otras plantitas, la misma plantita seca que se quedan, lo volvemos a hacer abono, se pone que se seque, se pudre y lo volvemos a utilizar otra vez y así es la manera como vamos empezando a cuidar nosotros el medio ambiente”, precisó.
El proyecto dijo también logró abrir espacios de participación política, ya que las mujeres fueron invitadas al cabildo municipal, donde presentaron sus necesidades y propuestas directamente al presidente municipal de Berriozábal. “Esta acción representa un paso importante en la construcción de autonomía y liderazgo femenino en temas ambientales”.
Afirmó que la intención a largo plazo es continuar con más ediciones de estos talleres y ampliar la red de mujeres productoras, para que sus conocimientos, productos y propuestas puedan trascender las fronteras de su comunidad.
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15 mujeres de la comunidad de Congregación Mendú, municipio de Berriozábal en la zona Metropolitana de Chiapas, participaron en el proyecto impulsado por la colectiva Cochulel
foto: Jhonatan González