Jhonatan González NOTICIAS

Alrededor 25 especies animales distintas como llamas, avestruz, mini burros, venados, mapaches, tortugas sulcata, faisanes, palomas de diferentes razas, pavorreales, entre otros, son resguardados en un terreno de 35 hectáreas que conforman la “UMA Avestruz” y que se localiza en el zona fronteriza de Suchiate, Chiapas.
En entrevista Ricardo Won Damián, encargado de esta Unidad de Manejo Ambiental (UMA), explicó que el proyecto nació hace seis años con el objetivo de brindar a los niños y a la comunidad en general una oportunidad cercana y educativa para conocer de primera mano al ave más grande del mundo: el avestruz.
«Muchos niños sólo conocen animales a través de los celulares. Queríamos que tuvieran la oportunidad de ver un avestruz en persona, tocarlo, aprender de él. Así nace este proyecto», precisó.
El ave emblema de esta UMA no sólo sorprende por su tamaño, sino también por sus particularidades: las hembras de color gris y los machos negros pueden llegar a vivir entre 7 y 11 años. Su alimentación consiste en una dieta balanceada a base de alfalfa, maíz quebrado, monte picado, caña, minerales y calcio. En total, los animales consumen cerca de 1.3 toneladas de alimento por semana.
La reproducción de los avestruces representa uno de los mayores retos, debido a las condiciones climáticas locales. Los huevos requieren un ambiente de 20% de humedad para incubarse, mientras que en Suchiate la humedad ronda el 70%, lo que complica el proceso. Aun así, se han logrado nacimientos exitosos, siendo “Shakira” la primera cría nacida en la UMA.
En total, 66 personas trabajan en este proyecto, dedicadas al cuidado, alimentación, limpieza y mantenimiento del lugar. Desde hace medio año, el espacio está abierto al público de jueves a domingo, de 10:00 a 17:00 horas.
UMA Avestruz también colabora con instancias como Semarnat y ha recibido ejemplares rescatados, como loros y pelícanos. A pesar de retos como fallas eléctricas que han afectado incubaciones, el equipo ha fortalecido sus protocolos, incluido un estricto control sanitario, y hoy continúan con más de 30 huevos en incubación.
Este proyecto es más que una granja: es un espacio de encuentro, conservación y aprendizaje, creado con pasión para acercar a las nuevas generaciones a la riqueza de la fauna que nos rodea.
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Ricardo Won Damián explicó que el proyecto nació hace seis años con el objetivo de brindar a los niños y a la comunidad en general una oportunidad cercana y educativa.
Foto: Jhonatan González