Ana Liz Leyte NOTICIAS

A pesar de ser una de las entidades con mayor disponibilidad de recursos hídricos en México, Chiapas enfrenta una paradoja en proporción de la población que no tiene acceso al agua potable, y quienes sí la tienen el servicio desaprovechan y desperdician el vital líquido.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Chiapas recibe más de la mitad del agua renovable del país anualmente ( que se traduce en un 67.2 por ciento). Sin embargo, muchos de sus habitantes carecen de servicios básicos, como el agua entubada dentro de la vivienda.
Esta carencia hídrica está ligada con la pobreza que aqueja a los habitantes del estado. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señala que, en 2022, Chiapas registró una disminución de 7.3 puntos porcentuales en su población en condición de pobreza moderada en relación al año 2020, lo que equivale a 363 mil 693 personas menos en esta situación. No obstante, la pobreza extrema persiste, afectando a quienes, además de otras carencias, enfrentan la falta de servicios básicos como el agua potable.
La Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2019 del Inegi también revela que, en áreas urbanas de más de 100 mil habitantes en Chiapas, el 88.1 por ciento de la población de 18 años y más indicó que el servicio de agua potable proviene de la red pública, mientras que el 2.4 por ciento señaló que proviene de un pozo particular. Sin embargo, estas cifras no exponen del todo la realidad de las zonas rurales y comunidades marginadas, donde el acceso al agua potable es limitado o nulo, como se presenta en San Andrés Duraznal, Aldama o Chanal, donde más del 90 por ciento de la población no cuenta con servicios públicos como alcantarillado y agua potable en sus viviendas.
La falta de infraestructura adecuada y la dispersión geográfica de las comunidades rurales son factores que dificultan la cobertura de servicios básicos en el estado. Esta problemática, refiere el último reporte del Coneval, que es desalentador por la implementación de políticas públicas integrales y eficientes que garanticen el acceso al agua potable y al saneamiento.
Además de la escasez en los hogares, en municipios como Tuxtla Gutiérrez, se observa una contradicción en las prácticas cotidianas de algunos habitantes y de trabajadores de algunas empresas privadas que, ajenos a la problemática estatal, utilizan agua potable por medio de mangueras para limpiar banquetas y otras superficies, desperdiciando el vital líquido. Esta conducta puede reflejar una falta de conciencia sobre la importancia de preservar el recurso hídrico.
En cuanto a las medidas para contrarrestar el desperdicio de agua, el Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (SMAPA) de Tuxtla Gutiérrez, ha implementado campañas de concientización, como sanciones económicas a quienes incurren en prácticas que derrochen el recurso o presenten fugas en sus instalaciones, aunque no existe un caso en el que sea de referente histórico.
Por tanto, autoridades como la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el mismo Smapa, han reiterado como fundamental que tanto autoridades, como ciudadanos tomen conciencia de la importancia de preservar el agua, adoptando prácticas responsables y eficientes que preserven la disponibilidad hídrica en el corto y mediano plazo.

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Chiapas enfrenta una paradoja en proporción de la población que no tiene acceso al agua potable, y quienes sí la tienen el servicio desaprovechan y desperdician.
foto: Ana Liz Leyte