Angélica Cosío Candelario y la preservación de la herencia wixárika

Karla Gómez NOTICIAS

Desde la remota comunidad de Los Lobos, Mezquitic, Jalisco, emerge una voz que teje historia y espiritualidad a través de hilos de chaquira. Angélica Cosío Candelario, maestra artesana wixárika, ha dedicado más de dos décadas a transformar cada puntada en un testimonio vivo de la rica herencia de su pueblo.

En entrevista exclusiva, Angélica revela cómo desde temprana edad, su conexión con las tradiciones ancestrales wixárikas se manifestó a través del bordado y el tejido. «A los 3 años y medio empecé a diseñar mis propios bordados, inspirada por los animales y la naturaleza sagrada que me rodeaban», comparte con una sonrisa cálida que irradia gratitud hacia sus ancestros. Para ella, el arte textil no es solo una habilidad transmitida, sino un don espiritual que asegura la continuidad de su cultura.

La indumentaria y joyería wixárika, conocida también como huichol, destacan por sus vibrantes colores y profunda simbología. Cada pieza elaborada por Angélica no solo captura la estética de su pueblo, sino que también actúa como un puente entre generaciones y culturas. Bajo su marca ‘Maxa Kwaxi’ (cola de venado), Angélica no solo dirige un negocio, sino una misión de preservación cultural. «Cada diseño está lleno de significados que celebran nuestras creencias y nuestra historia», afirma con convicción.

El reconocimiento internacional de su trabajo ha sido notable, participando en festivales y exposiciones tanto dentro como fuera de México. Su arte ha cruzado fronteras, llegando a audiencias en Estados Unidos, Inglaterra, Suiza y Francia, donde la universalidad y el atractivo de la artesanía wixárika han resonado profundamente.

En 2022, Angélica fue honrada con el premio Jalisco en Joyería Indígena, destacando su habilidad para fusionar lo tradicional con lo contemporáneo de manera respetuosa y creativa. Además, su participación como ponente en el Congreso Internacional de Experiencias de Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial subraya su compromiso con la educación y la preservación cultural a nivel global.

«Mi arte es una forma de resistencia contra la apropiación y la explotación», enfatiza Angélica. A través de cada creación, ella no solo afirma su identidad cultural, sino que también educa sobre la importancia de respetar y valorar los lugares sagrados y las prácticas tradicionales de su pueblo.

La participación de Angélica en eventos como ORIGINAL. Encuentro de Arte Textil Mexicano en el Complejo Cultural Los Pinos, Ciudad de México, ha sido una oportunidad invaluable para destacar la importancia de revitalizar las técnicas artesanales tradicionales en un contexto contemporáneo. Para ella, esto asegura la transmisión de este legado a futuras generaciones de artistas wixárikas.

Con planes ambiciosos para expandir su influencia globalmente, Angélica aspira a que la voz, la historia y la cultura wixárika sean conocidas y respetadas en todo el mundo. «Este es el legado que quiero dejar para mis hijos y para las futuras generaciones», concluye con determinación, su mirada fija en un futuro donde la preservación cultural y la celebración de la herencia wixárika brillen con luz propia.

Foto: Cortesía

Pie de foto: «Mi arte es una forma de resistencia contra la apropiación y la explotación», enfatiza Angélica.