Ana Liz Leyte NOTICIAS

Para los cientos de mujeres y hombres que trabajan en los mercados, este espacio no sólo significa su fuente de ingresos, es su comunidad y su hogar. “El mercado es nuestro hogar, en él pasamos la mayor parte de nuestro día, llegamos desde la seis de la mañana y nos vamos a las siete de la noche”, dijo Hilda Jiménez Chávez, locataria en el Mercado de los Ancianos de Tuxtla Gutiérrez.
Este centro de abastos, no es un mercado público y por ello, los mismos locatarios y locatarias lo cuidan y dan mantenimiento, sin embargo, la crisis económica actual, además de los cambios que se presentaron a raíz de la pandemia del COVID-19, ha obligado a locatarios a cerrar sus negocios, venderlos o en algunos casos, algunos los perdieron debido a préstamos que no pudieron pagar.
“Mucha gente debía créditos y vino la pandemia, vendieron su local, otros se aprovecharon a quitarle sus locales a la gente que le deben, este mercado ha estado pobre”, lamentó la presidenta de este centro.
De los mil 329 locales dentro del Mercado de los Ancianos, poco más de 500 han logrado subsistir, sin embargo, quienes lo han hecho reportan ventas mínimas (por debajo del 50 por ciento), situación que los mantiene agonizando y por lo cual, los mismos propietarios han tenido que despedir a trabajadores u otros vender o traspasar sus espacios.
“Estamos pobres, como aquel que está agonizando, igual estamos agonizando, que vivimos, que revivimos, como cuando intuban a la persona, no sabemos si vamos a vivir o morir, la pandemia nos pegó en todo, salud, economía”, relató Hilda Jiménez.
Aunado a ello, los locatarios denuncian el incremento al costo de insumos necesarios, como lo son el gas LP, la luz y los impuestos municipales que, pese a la crisis económica, no se condonan o disminuyen.
“Aquí vienen políticos ahora que hay elecciones, prometen y prometen y luego se olvidan, nosotros votamos por ellos, pero el gobierno nada ha hecho por nosotros, pedimos que al menos nos perdonen los impuestos y por el agua, que al menos sí nos la dieran”, pidió Hilda Jiménez, en nombre de las y los locatarios activos.
Los mercados además de ofrecer variedad de productos a la población, también guardan tradición y son la fuente de empleo de miles de personas, por ello la importancia de consumir productos de estos centros.
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Para los cientos de mujeres y hombres que trabajan en los mercados, este espacio no sólo significa su fuente de ingresos, es su comunidad y su hogar.
Foto: Ana Liz Leyte