La Razón Online

La decisión del gobierno estadounidense de designar al Cártel de los Soles como organización terrorista extranjera (FTO) marcó ayer un nuevo punto crítico en la escalada de presión contra el presidente venezolano Nicolás Maduro. El anuncio, encabezado por el secretario de Estado Marco Rubio, lo argumentó en acusaciones de narcotráfico y vínculos con redes criminales, pese a que Caracas insiste en que el grupo “no existe” y forma parte de una “invención ridícula” destinada a justificar acciones militares.

Por su parte, a través de distintos voceros, el gobierno de Nicolás Maduro calificó la designación como una maniobra para reactivar una “mentira vil”, con la que Washington intenta proyectar un escenario propicio para intervenir el país. Asimismo, funcionarios de la administración Trump aseguraron que la designación amplía la capacidad estadounidense para actuar frente al flujo de narcóticos, aunque especialistas en sanciones advierten que la calificación FTO no habilita intervenciones armadas.

Mientras en Venezuela la opinión oficial es que Washington busca escalar la confrontación para debilitar al gobierno de Maduro. Además, Caracas sostiene que Estados Unidos busca controlar los recursos naturales del país, entre ellos petróleo, gas, oro y minerales estratégicos. En ese sentido, Delcy Rodríguez, ministra de Petróleo, insistió en que el objetivo central es apropiarse de estas reservas “sin pagar”.

Asimismo, los bonos venezolanos en mora subieron ligeramente tras el anuncio, impulsados por el renovado interés de inversionistas que ven la presión estadounidense como un factor de revaluación. Según datos de JPMorgan, Venezuela ha registrado uno de los mejores desempeños del año entre mercados emergentes.

La figura del Cártel de los Soles surgió en los años 90 para describir la presunta participación de altos mandos militares en el narcotráfico, pero su formalización como estructura criminal no llegó sino hasta 2020, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Nicolás Maduro y a su círculo cercano de narcoterrorismo. Sin embargo, organizaciones especializadas como InSight Crime han advertido que se trata de una simplificación excesiva, al describirlo mejor como un entramado de corrupción que involucra a sectores del Estado.

Analistas cuestionan la falta de evidencia pública que vincule directamente a Maduro en la coordinación del tráfico de drogas. En ese sentido, Will Freeman, del Consejo de Relaciones Exteriores, señaló que, aunque el mandatario conozca la complicidad de ciertos elementos militares, no existe información que afirme que dirige operaciones de narcotráfico.

Asimismo, una encuesta reciente mostró que sólo el 29 por ciento de los estadounidenses respalda el uso del ejército para matar presuntos narcotraficantes sin intervención judicial. Exfuncionarios del Departamento del Tesoro reiteraron que nunca se ha considerado que una designación FTO abra la puerta a acciones militares directas.

Más tarde, el medio digital Axios citando fuentes anónimas de la Administración estadounidense, informó que Donald Trump planea mantener una llamada telefónica con Nicolás Maduro, pero que la llamada aún no tiene fecha y está “en fase de planificación”. Además agregaron que “nadie planea entrar y dispararle o secuestrarlo, en este momento. No diría que nunca vaya a ser así, pero ese no es el plan en este momento”.

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Maduro rechaza acusación y denuncia intento intervencionista.

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