La Razón Online

El embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, calificó ayer la escalada de agresiones perpetradas por colonos en la Cisjordania ocupada como “terrorismo” y aseguró que el alto al fuego vigente en Gaza continúa, pese a los ataques y bombardeos registrados en distintos puntos del territorio palestino. En una entrevista con la cadena estadounidense NewsNation, el representante de Washington reconoció que la violencia de colonos se ha intensificado y que quienes participen en estos actos enfrentarán consecuencias legales.
Huckabee sostuvo que los responsables, incluso si son ciudadanos israelíes, deben someterse al sistema judicial. Describió a los agresores como “un grupo muy reducido, en su mayoría jóvenes enfadados”, y aseguró que el Gobierno israelí se comprometió a frenar estas acciones. Las cifras plantean un panorama crítico: según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, sólo en el último mes se registraron más de 260 ataques de colonos, en un periodo marcado por una cosecha de aceituna particularmente violenta. Organizaciones de derechos humanos como Yesh Din documentan una inmunidad casi absoluta, con un 94 por ciento de las investigaciones cerradas sin acusaciones.
Aún así, las autoridades israelíes anunciaron avances en algunos casos, como la detención de dos adolescentes sospechosos de integrar un grupo que atacó una comunidad beduina cerca de Mujmas. La Policía informó que los jóvenes portaban gas pimienta y pasamontañas al momento de ser arrestados.
Las declaraciones del embajador se produjeron mientras la Franja de Gaza registraba una nueva jornada de bombardeos. Al menos 32 personas murieron y 88 resultaron heridas, de acuerdo con datos del Ministerio de Sanidad del enclave. Huckabee afirmó que el alto al fuego se mantiene a pesar de estos episodios, que consideró “esperados” mientras continúan los intercambios de fuego entre Israel y Hamas. Sostuvo que Israel responde a ataques lanzados desde túneles y defendió que la estrategia del presidente Donald Trump avanza.
No obstante, las autoridades gazatíes señalaron que el ejército expandió la llamada línea amarilla, la franja controlada por fuerzas israelíes desde la entrada en vigor del alto al fuego, y denunciaron incursiones con tanques que cercaron a decenas de familias. Según sus estimaciones, Israel ha violentado el acuerdo al menos 393 veces, con más de 300 muertos desde octubre, además de detenciones “arbitrarias” de civiles durante redadas.
Mientras tanto, Human Rights Watch publicó un informe en el que acusa a Israel de cometer “crímenes de guerra”, “crímenes de lesa humanidad” y “limpieza étnica” en campamentos de refugiados del norte de Cisjordania. La ONG documentó el desplazamiento forzado de 32 mil palestinos durante operaciones militares realizadas entre enero y febrero de en Yenín, Tulkarem y Nur Shams. Señala que no se justificó la evacuación total de las zonas.
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Agresiones perpetradas por colonos en la Cisjordania ocupada es “terrorismo”.
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