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El campo de juego del Territorio Santos Tuxtla se vistió de gala para presenciar una de las finales más vibrantes y dramáticas de la temporada en la Liga Champions 7. Santos Jr. y Centenario protagonizaron un verdadero duelo de alto voltaje que mantuvo a la afición al filo del asiento, ofreciendo una montaña rusa de emociones que incluyó goles de antología, una remontada histórica y una tanda de penales que puso a prueba los nervios de acero. Tras el empate 3-3 en un tiempo reglamentario de alarido, el cuadro de Santos Jr. se alzó con la gloria, confirmando su condición de equipo sólido, con temple y mentalidad ganadora.

DOMINIO AVALLASADOR EN EL PRIMER TIEMPO

Desde el silbatazo inicial, el conjunto de Santos Jr. dejó clara su intención de tomar el control del encuentro y marcar una diferencia inmediata. Su estrategia ofensiva, impulsada por la intensidad en el mediocampo, se mostró letal desde los primeros compases. La figura del atacante Leonardo Suárez fue determinante en este inicio prometedor. El propio Suárez, mostrando su calidad individual, abrió el marcador con una jugada magistral: desbordó por la banda, se perfiló y soltó un potente disparo cruzado que se anidó pegado al poste derecho del arquero rival, anotando el 1-0.

La arremetida de Santos Jr. no cesó. Pocos minutos después, el mediocampista Diego Anza amplió la ventaja. Tras un servicio filtrado milimétrico que desarmó por completo a la zaga de Centenario, Anza recibió en el área y definió con una precisión quirúrgica para el 2-0. El éxtasis llegó instantes antes del descanso, cuando Jonathan Nanduca aprovechó un rebote fortuito dentro del área grande para empujar el balón al fondo de las redes, sentenciando un apabullante 3-0. El dominio era absoluto, la ofensiva funcionaba a la perfección y todo parecía indicar que Santos Jr. ya acariciaba el trofeo de campeón.

EL ORGULLO DE CENTENARIO Y UNA REMONTADA DE PELÍCULA

Sin embargo, el fútbol es un deporte de naturaleza impredecible, y Centenario se encargó de recordarlo en la segunda mitad. Lejos de bajar los brazos o sucumbir ante la desventaja, el equipo salió al campo con una intensidad y un orgullo renovados. La táctica de Centenario cambió, enfocándose en una presión alta y una movilidad constante en la zona de ataque, lo que comenzó a mermar la solidez defensiva de Santos Jr.

El descuento llegó al minuto 22 gracias a un Leonardo Cruz encendido, quien culminó una jugada colectiva con un potente disparo cruzado que batió la estirada del guardameta. La inercia del partido había cambiado. Poco después, Cruz se convirtió en el faro de la reacción al firmar su doblete con un cabezazo impecable dentro del área tras un gran centro, colocando el marcador 3-2.

Con la diferencia a un solo gol, la confianza de Centenario se disparó y el empate se volvió inevitable. En una acción marcada por el coraje y la entrega total, el delantero Osvaldo Madariaga capitalizó un balón dividido en el área para mandar el esférico a las redes, concretando el épico 3-3 y desatando el delirio en las gradas. El encuentro se transformó en una verdadera batalla de ida y vuelta, donde ambos conjuntos buscaron sin reservas el gol del triunfo, pero el marcador no se movió más, forzando la dramática definición desde la mancha penal.

TENSIÓN MÁXIMA: LA RULETA DE LOS ONCE PASOS

La tanda de penales elevó la tensión a su punto máximo. La definición desde los once metros comenzó con un drama inesperado, pues en el primer cobro, ambos equipos fallaron sus respectivos disparos, inyectando aún más suspenso al momento.

La segunda ronda se ejecutó con acierto por ambos bandos, manteniendo la paridad. Pero el punto de inflexión llegó en el tercer disparo, cuando Centenario erró su cobro, dándole la ventaja psicológica a Santos Jr. El cuadro campeón no perdonó. Con una mezcla de precisión y temple inquebrantable, fue el capitán de Santos Jr. quien tomó la responsabilidad del penal decisivo, definiendo con maestría para sellar el 4-3 global. El pitazo final desató la euforia: Santos Jr. era el legítimo campeón de la Liga Champions 7.

El título representa una merecida recompensa para un plantel que demostró compromiso, unión y una gran fortaleza mental para resistir la remontada y prevalecer en la instancia decisiva. Como broche de oro, Leonardo Suárez, autor del primer gol del encuentro, fue reconocido además como el goleador del torneo, coronando su sobresaliente desempeño individual. Por su parte, Centenario se quedó con el subcampeonato, pero su espíritu competitivo y la remontada heroica de la segunda mitad dejaron una grata impresión en la afición, ofreciendo ambos equipos una final digna de ser recordada por mucho tiempo.

PIE DE FOTO: El capitán de Santos Jr. define con autoridad el penal decisivo para asegurar el campeonato y desatar el júbilo de su equipo en la Liga Champions 7.

FOTO:  CORTESÍA