Karla Gómez NOTICIAS

En la reciente conferencia «El Ángel del Paseo de la Reforma», impartida en el Museo Nacional de Arte (Munal) por la reconocida maestra y socióloga Ana Lilia Cepeda, se subrayó la importancia simbólica del icónico monumento capitalino, no solo como un emblema de libertad, autonomía e independencia, sino también como un reforzador del sentido de pertenencia entre los habitantes de la Ciudad de México. Esta charla fue el cierre del ciclo académico que acompañó la exposición «Ángeles. Las huestes celestiales en la Tierra», actualmente en exhibición en el recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal).

Durante su intervención, Cepeda abordó la relevancia universal de los monumentos que caracterizan a las ciudades, otorgándoles una identidad única. En este sentido, destacó que solo dos urbes en el mundo poseen una figura alada de tal magnitud: Berlín, con su Columna de la Victoria, y la Ciudad de México, con el Ángel de la Independencia. Mientras la primera celebra los triunfos prusianos del siglo XIX, la segunda, en palabras de Cepeda, «es un símbolo de libertad, autonomía e independencia, la expresión del triunfo del pueblo mexicano sobre el imperio español».

Ambas esculturas encuentran su inspiración en la Niké de Samotracia, una obra maestra de la escultura helenística griega, cuyas influencias perduran en algunas de las más icónicas representaciones artísticas de la historia, como la Venus de Milo y el Altar de Pérgamo.

En su disertación, Cepeda también reflexionó sobre la identidad del Ángel de la Independencia como un símbolo profundamente arraigado en la cultura citadina, recordando que, aunque fue diseñado por el arquitecto Antonio Rivas Mercado, este nunca imaginó que su obra se convertiría en el emblema distintivo de la capital. De hecho, muchas veces se ha atribuido erróneamente la imagen de la Victoria alada a su hija, Antonieta Rivas Mercado, cuando en realidad el rostro que aparece en el monumento corresponde a su hija mayor, Alicia, representando a la libertad con un gorro frigio.

El monumento, inaugurado en 1910 por el presidente Porfirio Díaz como parte de las celebraciones del Centenario de la Independencia de México, no solo es un símbolo de la lucha por la soberanía nacional, sino que también sirve como mausoleo para los héroes de esa guerra.

La exposición «Ángeles. Las huestes celestiales en la Tierra» continuará abierta al público hasta el 8 de septiembre en el Munal, ubicado en Tacuba No. 8, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Sin duda, una visita obligada para quienes deseen adentrarse en el fascinante mundo de estos seres alados que han cautivado la imaginación de múltiples culturas a lo largo de la historia.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: Esta charla fue el cierre del ciclo académico que acompañó la exposición «Ángeles.