Promotor de la danza en México

Karla Gómez NOTICIAS

En el vigésimo aniversario luctuoso de Felipe Segura (1926-2004), la comunidad artística mexicana se reúne para conmemorar la vida y obra de este ícono de la danza en México. Figura multifacética, Segura destacó como bailarín, director, maestro, coreógrafo e investigador, dejando un legado imborrable que permea aún en la escena dancística contemporánea del país.

Para la investigadora Margarita Tortajada, quien compartió experiencias y proyectos con Segura, su contribución fue vital para mantener viva la llama de la danza en México, especialmente en tiempos desafiantes como mediados del siglo pasado. En una época donde las compañías operaban de manera independiente y los recursos eran escasos, Segura fue un faro de innovación y perseverancia.

Uno de los hitos en la carrera de Segura fue su papel fundamental en el Ballet Concierto de México, una compañía que extendió la influencia del ballet a lo largo y ancho del país. «Hicieron giras por todos lados, en las condiciones más increíbles, y lo lograron. Esto consolidó un público importante en la Ciudad de México y en todos lados a donde fueron», rememora Tortajada.

Como bailarín, Segura fue excepcional, formándose en la prestigiosa Escuela Nacional de Danza Nelly y Gloria Campobello. Su versatilidad lo llevó a desempeñarse como primer bailarín del Ballet de la Ciudad de México, antes de convertirse en maestro y coreógrafo. Su visión audaz se manifestó cuando asumió el rol de director de la Compañía Nacional de Danza (CND), donde impulsó proyectos innovadores que capturaron la atención del público, como la inolvidable presentación de «El lago de los cisnes» en el Bosque de Chapultepec.

«Tortajada recuerda a Segura como un caballero, siempre fumando, pero con una memoria prodigiosa y un sentido del humor único. Su legado va más allá de sus obras; sus esfuerzos incansables se traducen en proyectos como el ciclo ‘Historia oral de la danza en México en el siglo XX’, que ha conservado valiosas entrevistas con los principales actores de la escena dancística mexicana», destaca Gómez.

Además, Segura fue un visionario en la promoción de la danza como una forma de arte inclusiva y accesible para todos. «Para él, todas las formas de danza tenían valor y era algo que la sociedad entera no solo debía disfrutar, sino participar activamente. Su legado perdura en iniciativas que buscan ampliar el alcance de la danza, desde programas para escuelas primarias hasta homenajes que reconocen la diversidad y riqueza del panorama dancístico mexicano», concluye Gómez.

El legado de Felipe Segura sigue inspirando a generaciones de artistas y aficionados, recordándonos que la danza no solo es un espectáculo, sino una expresión profunda de la identidad y cultura de México. En este vigésimo aniversario de su partida, su influencia perdura, guiando el rumbo de la danza en el país hacia nuevos horizontes de creatividad y excelencia.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: El legado de Felipe Segura sigue inspirando a generaciones de artistas y aficionados.