“El libro en Nueva España” revela los secretos de la cultura impresa

Karla Gómez Noticias

En el corazón de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, la historia impresa cobra vida con una mirada profunda hacia el pasado colonial de México. En un evento que conjuga erudición y pasión por las letras, José Abel Ramos Soriano, investigador de la Dirección de Estudios Históricos (DEH) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), destaca el papel crucial que desempeñó la imprenta en la difusión del conocimiento durante la Nueva España.

Ramos Soriano, acompañado por distinguidos colegas investigadores, presentó «El libro en Nueva España», una obra coordinada por él y publicada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México a través del INAH. Este volumen ofrece una ventana única hacia los procesos de producción intelectual y material de las obras de la época colonial, así como hacia la vida y obra de los autores e impresores que dieron forma a la cultura impresa de aquel entonces.

En un mundo donde los libros eran símbolos de poder y conocimiento, la imprenta emergente en la Nueva España permitió la proliferación de obras que exploraban las culturas mesoamericanas en profundidad. «Al establecer una imprenta aquí, la Nueva España difundió libros sobre tales temas», señala Ramos Soriano. «Muchas personas, tanto europeas como novohispanas e individuos originarios de este lugar, aportaron conocimientos acerca de sus culturas, las cuales se desarrollaron mucho antes de la llegada de los españoles».

La obra presentada en la Galería de Rectores de la FIL de Minería no solo arroja luz sobre los procesos de producción y circulación de libros en la época virreinal, sino que también invita a reflexionar sobre la relación entre el texto impreso y el lector a lo largo de los siglos. Como señala Felipe Bárcenas García, historiador y uno de los colaboradores del libro, esta obra será sin duda una referencia obligatoria para quienes se adentren en la investigación histórica de la época colonial.

En un mundo cada vez más digitalizado, la preservación y estudio de estos textos históricos adquiere una relevancia aún mayor. «Estos fueron físicos durante siglos, muchos se escribieron a mano y se reprodujeron a mano, y con la imprenta se reprodujeron en serie», comenta Ramos Soriano al contrastar los soportes físicos con el medio electrónico actual. «Pero esto complica mucho más las cosas, se vuelve más complejo saber quiénes y cómo los escriben».

Foto: Cortesía.

Pie de foto: La obra publicada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México a través del INAH.