Un poeta al que uno lee y vuelve una y otra vez

KARLA GÓMEZ NOTICIAS

En el Hemeciclo a Benito Juárez fue inaugurada la exposición itinerante de fotografías “Adiós a Yuria”, de Éliane Cassorla.

Las piezas pertenecientes al acervo plástico del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta), exhiben a Jaime Sabines, un poeta al que uno lee y vuelve una y otra vez.

El Coneculta presenta la Exposición fotográfica Adiós a Yuria de Éliane Cassorla, quien nació en la ciudad de L’Isle-sur-la-Sorgue en Francia y fue en México donde desarrolla su creación artística, con varias series, entre ellas: Mujeres de Chiapas, la muerte del Mayor de los Sabines y la serie más importante para los chiapanecos, Adiós a Yuria en 1987.

Cassorla tenía un gran interés en registrar fotográficamente al poeta en el rancho cuyo nombre era un enigma, ya que uno de sus libros así se llamó, Yuria publicado en 1967.

Esta serie fotográfica retrata las últimas horas antes de abandonar el rancho, ya que se disponía a vivir en la Ciudad de México.

Su poesía trascurre por los caminos de las palabras cotidianas, duras y tiernas. Sabines logra que el lector no solo lea poesia, sino que la viva, la sienta, la haga suya; es una poesía conversacional, popular, que para su tiempo se alejaba del canon de la literatura culta, de la poesía academicista; pero al mismo tiempo dio al canon mexicano la oportunidad de ver al oficio poético de una manera diferente.

Es innegable que para el canon, la poesía de Sabines sea también imprescindible, trascurre en una diversidad de temas que trastocan al hombre desde muchos ángulos: la muerte, la vida, el amor, Dios y la soledad, son temas constantes en la obra Sabiniana.

La muerte juega un papel sobresaliente en su obra, cuenta de ello es el libro Algo sobre la muerte del Mayor Sabines (1962), libro que tiempo después se niega a leer porque el dolor y la muerte palpitan en él. Sabines prefiere leer sus poemas amorosos, Adán y Eva (1952) tarumba (1956) o Yuria (1967), Sabines es el poeta más querido y leído de Hispanoamérica del siglo XX y él sabe de su grandeza; de la grandeza de su oficio de poeta desde su primer libro Horal (1950), porque él no supone la poesía, él lo sabe de cierto y porque también le encanta Dios.

FOTO: KARLA GÓMEZ

PIE DE FOTO: El Coneculta presenta la Exposición fotográfica Adiós a Yuria de Éliane Cassorla.