La exhibición fotográfica dan a conocer los nombres de las mujeres que han participado en la Fiesta Grande de Enero

Isabel Nigenda NOTICIAS

Foto: Isabel Nigenda. Pie de foto: Para las y los habitantes de Chiapa de Corzo, la existencia de María de Angulo, es de vital fuerza.

La exposición permanente “Doña María de Angulo”, realizado por el Club de Leones de Chiapa de Corzo, se encuentra en las instalaciones del Centro Cultural Exconvento Santo Domingo, ubicado en Chiapa de Corzo, Chiapas.
La exhibición fotográfica muestra a todas las mujeres que han representado a este icónico personaje de la Fiesta Grande de Enero. Retratos que persisten al paso del tiempo y dan a conocer los nombres de las mujeres que han participado en esta actividad cultural de gran relevancia.
Y es que, para las y los habitantes de Chiapa de Corzo, la existencia de María de Angulo es de vital fuerza, ya que forma parte de la leyenda que han transmitido de generación en generación y la vinculan con su fiesta.
De acuerdo a la ficha informativa, se cuenta que ella llegó a Chiapa en busca de salud para su pequeño hijo de escasos siete años que estaba tullido.
Buscó y buscó hasta da con alguien le dijo: es imposible comunicarse con los médicos ni los podrá ver porque temen bajar al pueblo; pero lleve a su hijo y báñelo tres veces al día durante nueve días en las aguas del Cumbujuyú y su hijo se curará. Doña María de Angulo se trasladó al lugar, haciendo caso del hombre que quizás era un médico. Al terminar el tratamiento volvió a su lugar de origen y grande fue su sorpresa al ver a su hijo caminar y mover los brazos.
Llena de alegría envió a sus sirvientas con frutas para repartirlas de casa en casa (origen de la Chuntá), comparsas que salen todas las noches desde el 8 de enero de cada año para conmemorar aquel gesto de nobleza. De regreso, ellas comunicaron la crisis que existía en Chiapa, pues no hubo nadie quien cultivara la tierra y no tenían comida. Y por tanto, el hambre motivaba a las enfermedades.
Enterada, María de Angulo envió a su gente nuevamente con arroz y carne seca (tasajo). Los naturales tallaron sus máscaras con raíces de cedro, con las semejanzas del español, y con ixtles hicieron sus monteras semejando cabelleras rubias.